Monterrey, N.L. / Mayo 29.-
“Buscando el bien de nuestros semejantes encontramos el nuestro”. Con esta frase, Platón hace que el corazón se abra a la reflexión.
¿Por qué sirviendo a los demás es como vamos a encontrar el beneficio propio? ¿Por qué hace más feliz a la gente el servir a los demás antes que a uno mismo? La respuesta se puede encontrar en un grupo de jóvenes que encontró la felicidad por servir a los demás.
Hace algunos días un grupo de 123 voluntarios participó en Brigada 1, un proyecto en el cual un grupo de jóvenes buscó impactar en su medio social a través de acciones concretas en beneficio de los grupos vulnerables de la región.
Además se buscó sensibilizar a los jóvenes acerca de la realidad social y económica del país, para darles herramientas concretas para hacer algo por los demás.
“Nació de la necesidad de ayudar a las comunidades marginadas de nuestro país y de la necesidad de sensibilizar a los jóvenes de la importancia de la responsabilidad social y de la ayuda al próximo. De formar líderes que tengan como hábito el ayudar a quienes más lo necesitan”, menciono Patricia Fernández, directora de Proyectos de Responsabilidad Social en el centro Valia, un sitio de Formación Empresarial creado por la iniciativa de un grupo de empresas interesadas en establecer espacios para interactuar con estudiantes universitarios.
Esta Brigada se llevó a cabo por primera vez el 10 de diciembre de 2008 en Fomerrey, Cadereyta, con la participación de 70 voluntarios.
“Por medio de este proyecto buscamos brindar asistencia médica, de formación y de construcción a las familias de un grupo de comunidades marginadas de nuestro país. Para poder realizar este proyecto contamos con la participación de voluntarios universitarios”.
Las cuatro áreas que cubre esta Brigada son construcción: pisos, escuelas, capillas; mantenimiento con pintura y resanar áreas de escuelas, capillas y casas; médicas: apoyo de dermatólogos, oftalmólogos, nutriólogos, dentistas, médicos generales, entre otras especialidades; pláticas formativas: higiene y salud, alimentación, noviazgo, adicciones, los valores, la ética, el matrimonio y economía familiar; y visita casa por casa: censo y detectar los problemas más latentes a los que se enfrenta la familia y la comunidad.
Para algunos voluntarios, haber llegado a la Brigada significó no sólo un cambió en la sociedad, sino también un cambio en sus vidas.
“Vi un cambio en mis compañeras y no solo en una, sino en muchas, les movió el hecho de ver otras realidades, se dieron cuenta que tienen mucho y no tienen porqué quejarse, valoraron la familia, la casa, su alimentación etc., y se volvieron un poco mas sensibles ante las necesidades de los demás”, comentó Alejandra Flores, quien ayudó como responsable de un equipo de voluntarias.
“Ver cómo la gente de las comunidades te da todo lo que tiene, en la Brigada de Semana Santa, cada familia de la comunidad prestó colchones para que no durmiéramos en el piso, y cuando supimos el sacrificio que estas personas habían hecho por nosotras, agradecimos infinitamente que nos los hayan prestado”.
Los voluntarios vieron cómo la gente les daba todo, y decidieron darlo todo ellos también. Es por esto que lograron la construcción de 56 pisos, pintaron 22 casas, pusieron 4 techos de lamina, se dio asistencia médica a 330 pacientes, se entregaron cepillos de dientes a más de mil 200 personas, se impartieron pláticas a 275 niños, 154 jóvenes y 220 adultos, además de que se visitaron a 320 familias en sus casas.
“Cuando llegan las vacaciones, resulta lógico que a veces es un poco difícil optar por asistir a una brigada a realizar acción social en vez de ir a una playa con familiares y amigos, o simplemente descansar después de tanto trabajo durante el semestre”, dijo Lorena Ceballos, voluntaria que estuvo encargada del área nutricional en la comunidad en donde estuvo.
“Sin embargo, este año yo fui a Brigada 1 y aunque cuesta mucho desprenderse de las comodidades, la satisfacción que tengo ahorita no se puede comparar con nada. Estuvimos trabajando durante toda la semana, para ayudar a las personas de la comunidad de San Antonio de las Alazanas en Coahuila.
El salir de uno mismo para ayudar a los demás resultó muy gratificante. Y claro, no sólo esto, sino que además es divertido y se convierte en una muy buena experiencia gracias al equipo con el que trabajas, el cual se conforma por personas de gran calidad humana. En lo personal considero que es una gran experiencia, vale mucho la pena vencerte a ti mismo para ayudar a los demás… al final te das cuenta que regresas feliz, llena, contenta, con más de lo que fuiste a dar”.
Los jóvenes hoy en día no se dan cuenta de la necesidad en la que viven muchas personas en México, sin embargo algunos voluntarios participaron en esta Brigada creen que esta es una gran oportunidad para ayudar a esas personas en su necesidad.
Y haciendo esto, aprenden a valorar lo que ellos tienen y a ponerlo al servicio de los demás. El darse cuenta que lo material no lo es todo y que la felicidad no está en las cosas pasajeras, es algo que ha causado gran impacto en los voluntarios que han participado en esta actividad que los ha enriquecido tanto.
“La Brigada 1 es un proyecto que le abre los ojos a uno, un proyecto que logra concientizar a los participantes de valorar más lo que ya tienen y darse cuenta que lo material no lo es todo. En los pueblitos que se visitaron, existen familias que son muy felices, sin importar las condiciones en las que se encuentren, mientras muchos de nosotros nos quejamos por cosas inútiles. Creo que este proyecto de es de mucha ayuda tanto para la gente de las comunidades como para los voluntarios. En lo personal, me hizo valorar a la vida un poco más”, contó Erik Omar Pizaña, quien ayudó en la construcción y mejora de los hogares de muchas familias.
Y no sólo los voluntarios consiguieron dar su ayuda a mucha gente y a sí mismos, también llegan a lograr grandes amistades con los voluntarios que conviven los nueve días de la Brigada.
“El conocer a nuevas personas con las cuales permanecerá un lazo de amistad y cariño”, comentó Karina Lerma, estudiante del Tecnológico de Monterrey, que estaba haciendo su servicio social en la Brigada.
“He de llegar a la conclusión, que no es solo que realicemos un servicio social, del cual se obtendrán horas, sino más importante, realicemos la entrega de todo lo que nos conforma y forma parte de nuestra persona en la sociedad, que lo necesita”.
Definitivamente hay un antes y un después de la Brigada, tanto para las niñas que participaron en la Brigada, por la experiencia que viven, así como también para las comunidades, “pues aunque no notemos muchas veces los frutos a primera instancia, a largo plazo ahí están. Se deja huella en la vida de las personas” expresó Alejandra, quien pudo ver de una manera más palpable estos cambios, ya que estuvo en contacto con voluntarias de su equipo y ver como progresaron al vivir esta experiencia.
La Brigada se planea llevar a cabo dos veces al año: una en diciembre, y otra en Semana Santa. Ya ha cambiado la vida de alrededor de 200 voluntarios y de 800 familias. Para participar en alguna de estas dos Brigadas, se ingresa a la página de HYPERLINK “http://www.brigada1.orgfree.com” www.brigada1.orgfree.com, y se debe entrar en contacto con los organizadores de esta.
“Todo lo que necesitas es ser universitario y mayor de 18 años”, dijo Patricia, “es la mejor experiencia que podría tener, la ayuda a los demás te da mucho mas que unas vacaciones convencionales, te diviertes demasiado, conoces a mucha gente que piensa igual, y puedes hacer muchos(as) amigos(as)”.
Platón no se equivocó. El bienestar que ha logrado esta Brigada en la vida de estos jóvenes es algo que ellos van a recordar durante toda su vida. Sin duda alguna, desearán compartir su experiencia con los demás. Son ellos quienes desean invitar a tener esta experiencia de entrega incondicional para quienes más lo necesitan. Uno se encuentra a sí mismo en esta donación de tiempo hacia los demás. No hay que perder esta oportunidad.
* Esta investigación fue realizada por Marianela Camelo Mendoza, alumna de la materia de Géneros Periodísticos, del ITESM, Campus Monterrey.
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