Sarah Palin lo había sido casi todo a sus 44 años. Tras fracasar en la pasarela como aspirante a Miss Alaska e incursionar como periodista deportiva en una cadena de televisión de Ancorage, se propuso convertirse en la más joven gobernadora de ese estado, una meta que consiguió en el 2006.
Hoy, Sarah Palín o “Sarah Barracuda” —como le llaman aquellos que conocen su aguerrido temple—, se ha convertido en la elegida por el candidato republicano, John McCain, para acompañarla en su lucha por la Casa Blanca, lo que podría convertirla en la primera vicepresidente de Estados Unidos.
Feroz defensora del derecho a la vida y dogmática de la segunda enmienda —que consagra el derecho a portar armas—, Palin puede ser joven en política, pero diestra en el arte del debate parlamentario.
Sus adversarios políticos reconocen en ella el mismo encanto de Ronald Reagan, el más amado y respetado político entre los republicanos. Un político que sigue proyectando su larga sombra sobre aquellos que aspiran a ocupar la Casa Blanca.
A favor de Sarah Palin, madre de cinco hijos, ha operado su condición de mujer y su juventud; dos factores que le permitirán a McCain no sólo ir a la repesca del voto femenino que veía en Hillary Clinton la oportunidad de ver a una mujer en la Casa Blanca sino, además, contrarrestar la edad y frescura de Barack Obama.
Considerada como la “carta salvaje” de McCain, Sarah Palin es, además, una convencida de la necesidad de levantar la veda que pesa sobre las reservas naturales de Alaska para explorar y perforar los yacimientos de petróleo que podrían aliviar la crisis energética que enfrenta Estados Unidos, una posición que ha sido defendida por McCain en su desesperada lucha por el bolsillo y el voto de millones que comienzan a ver en esta propuesta la más viable ruta hacia la emancipación de la gasolina por encima de los 4 dólares el galón.
Egresada de la Universidad de Idaho, donde estudió periodismo, Palin es recordada por sus compañeros de esa época como una estudiante muy activa y popular. Al igual que Obama, Palin ha reconocido que en sus locos años de estudiante llegó a probar la mariguana, lo más cercano al pecado venial, es decir, una falta menor entre los republicanos que, además, no rompe la relación con Dios.
Casada con un empresario de la industria pesquera, Palin ha tenido cinco hijos. El mayor de ellos, Track, se ha enlistado en el ejército y podría ser desplegado en Irak en septiembre próximo, todo un activo para una candidata convencida de la necesidad de mantener las tropas de Estados Unidos en Irak.
Hace apenas cuatro meses, la hoy aspirante a la vicepresidencia de Estados Unidos por el partido republicano, daba luz a su quinto hijo.
A pesar de que Palin sabía que su hijo nacería con síndrome de Down, se negó a interrumpir el embarazo para demostrar así por la vía de los hechos su feroz defensa a favor del derecho a la vida, una decisión que seguramente le granjeará a McCain el apoyo crucial de las organizaciones evangélicas y conservadoras en noviembre próximo.
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