México, D.F. / Junio 5.-
Los cerebros de los hombres homosexuales son mucho más parecidos a aquellos de las mujeres heterosexuales, según reveló un estudio que proporciona nueva evidencia sobre el papel de la biología en la orientación sexual.
Con la ayuda de escaners cerebrales, investigadores aseguraron haber descubierto estas similitudes en los circuitos cerebrales que tienen que ver con el lenguaje, lo que podría explicar porque los hombres gay superaron a los heterosexuales en un examen de habilidades verbales que se les aplicó, tal como lo hicieron las mujeres heterosexuales.
La parte del cerebro que procesa las emociones también luce muy similar en los hombres homosexuales y las mujeres heterosexuales, y ambos grupos tienen tasas mayores de desórdenes depresivos, de acuerdo con el diario “Los Ángeles Times”.
Sin embargo el estudio, publicado en la revista Proceedings of the Nationat Academy of Sciences, encontró que estas similitudes no son tan cercanas como en el caso de las mujeres gay y los hombres heterosexuales.
Análisis previos habían demostrado que la orientación sexuales está predeterminada en el cerebro. Hace más de una década, el neurobiólogo Simon LeVay reportó que un área clave en el hipotálamo, que está ligada a las conductas sexuales, era más pequeña en los hombres homosexuales que en los heterosexuales.
Por su parte, en el estudio más reciente, la doctora Ivanka Savic, de Instituto Karolinska en Estocolmo, utilizó la resonancia magnética para medir el volumen cerebral de dos grupos, cada uno dividido de igual forma entre hombres y mujeres: 50 heterosexuales y 40 homosexuales.
Los resultados arrojaron que en los hombres el hemisferio derecho del cerebro es más grande, pero en las mujeres ambos hemisferios tienen el mismo tamaño.
Cuando se trataba de los hombres gay, el estudio reveló que este grupo tenía cerebros simétricos en ambos hemisferios, tal como los de las mujeres heterosexuales. En lo que respecta a las mujeres homosexuales, sus cerebros eran asimétricos, tal como los de los hombres heterosexuales.
La doctora Savic señala que estas diferencias en los cerebros podrían forjarse desde el útero materno, y tal vez en la infancia, como resultado de la genética o de factores hormonales.
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