MEXICO, D.F.- La obesidad durante el embarazo o el que las madres ganen mucho peso durante la gestación puede afectar el desarrollo del feto, lo que eleva el riesgo de tener un bebé de tamaño grande o también llamado macrosómico al momento de nacer.
El investigador de la Universidad Autónoma de Sinaloa, Fred Morgan Ortiz, detalló que esta afectación estaría en la deposición de grasa fetal y el desarrollo del sistema hipotálamo-endocrino que controla el apetito y el metabolismo energético.
En una entrevista con la Agencia Informativa del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), el especialista destacó que un estudio entre 5 mil 154 británicos, parejas madre-hijo, mostró que el aumento de peso en las primeras 14 semanas del embarazo también estuvo asociado al índice de masa corporal de los hijos.
Además se asoció a la circunferencia de la cintura y la masa grasa a los nueve años de edad, señaló el especialista en Ginecología y Obstetricia.
Precisó que un bebé macrosómico es aquel que tiene un peso al nacer igual o mayor a cuatro kilos, para algunos autores y para otros, cuando este peso es igual o mayor a cuatro kilos con 500 gramos.
Morgan Ortiz detalló que los bebés empiezan a ganar peso o dejan de hacerlo después de las 28 semanas, por lo que se requieren estudios de ultrasonido para saber si el peso del bebé se encuentra por arriba de los límites ya establecidos.
Por ello, a partir de los siete meses se debe vigilar más el crecimiento y desarrollo del bebé, con la medición de la altura del fondo uterino en cada consulta prenatal o bien, de manera más precisa al hacer ultrasonidos, detalló.
Debido a que la obesidad es un problema de salud pública en el mundo y en México, los investigadores de la Universidad Autónoma de Sinaloa llevarán a cabo un estudio con mujeres embarazadas con sobrepeso y obesidad a las que se les administrará metformina.
Este fármaco, que regularmente se usa para tratar diabetes mellitus tipo 2 y diabetes gestacional, no tiene efectos en los fetos, aseguró Morgan Ortiz.
Con este estudio, cuyos resultados se conocerán en marzo de 2016 podría demostrar que el uso de la metformina durante el embarazo en pacientes obesas puede mejorar la resistencia a la insulina y la lipolisis, lo que evitaría la macrosomía, la hipertensión y la diabetes gestacional.
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