CORSICANA, TEX.- El miedo y la desconfianza se apoderaron de los inmigrantes mexicanos que residen en esta comunidad del norte de Texas, luego de que agentes federales de inmigración y del Departamento del Sheriff acudieran a las casas a detener indocumentados.
Agentes de la Oficina de Inmigración y Aduanas (ICE), apoyados por el Departamento del Sheriff del Condado de Navarro, detuvieron a 26 inmigrantes mexicanos en un operativo de cuatro días, realizado del jueves al domingo pasados, orientado a arrestar y deportar a indocumentados con antecedentes penales.
Durante el operativo, decenas de inmigrantes que residen en esta comunidad de 24 mil habitantes, ubicada a unos 95 kilómetros al sureste de Dallas, fueron interrogados y atemorizados por el posible arresto de sus familiares.
Angustiados por la situación de terror generada por los arrestos, unos 300 inmigrantes abarrotaron la noche de este lunes la sala de cabildo y el vestíbulo del ayuntamiento de Corsicana, para por primera vez como comunidad, pedir a las autoridades locales su colaboración a fin de frenar continúen este tipo de operativos en la ciudad.
Hijos, cónyuges y hermanos de una docena de los detenidos testificaron durante la sesión de Cabildo, sobre el operativo de las autoridades migratorias que provocó el pavor y dejó a sus familias fracturadas.
Los hermanos René y Hernán Martínez, de 21 y 22 años de edad de forma respectiva, narraron ante el alcalde Chuck McClanahan y demás miembros del cabildo de Corsicana, como la mañana del pasado viernes los agentes del ICE detuvieron a su padre, cuando se disponía a salir a trabajar en un rancho cercano a Corsicana.
Manuel Martínez, de 47 años de edad, fue detenido mientras sus hijos y esposa, observaban impotentes dentro de la casa.
René y Hernán, ambos ciudadanos estadunidenses, no salieron a despedirse de su padre cuando fue arrestado ante el temor de que al abrir la puerta de la casa, los agentes de inmigración entraran y detuvieran también a su madre indocumentada.
Los agentes del ICE tocaron múltiples veces la puerta de la casa, pero los hermanos Martínez no abrieron. “Tocaron muy recio y nosotros vivimos en una traíla (casa móvil) y se estaba moviendo mucho”, dijo Hernán en su testimonio.
Narró ante los funcionarios de cabildo que su madre María Martínez y su hermano de siete años estuvieron aterrorizados por espacio de una hora, mientras los agentes de inmigración permanecieron afuera de su casa.
Tras el arresto, la familia no supo a dónde habían conducido a Manuel y tardaron más de 48 horas, buscándolo en múltiples cárceles hasta poder localizarlo en un centro de detención de inmigración en la comunidad de Euless, al norte de Corsicana.
Su padre, quien ha resuelto no firmar la salida voluntaria y pelear ante una corte de inmigración su deportación, podría ser trasladado ahora a un centro de detención en Huskell, Texas, a unos 400 kilómetros de distancia de su familia y permanecer ahí meses mientras se decide su caso.
En la reunión, los inmigrantes denunciaron que el sheriff del condado de Navarro, Elmer Tanner, y sus agentes colaboraron los agentes de Inmigración en el operativo.
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