México, D.F. / Junio 14.-
Los niños menores de tres años de edad que logren sobrevivir luego del incendio en la guardería ABC en Hermosillo, Sonora, tendrán que someterse a por lo menos dos cirugías anuales hasta los 18 años, y sufrir además del shock del dolor físico, el emocional que quedará para toda la vida.
El costo económico estimado para la atención de esos pacientes hasta que dejen de crecer, que puede ser entre los 18 y los 21 años, es de un millón de dólares, informó en entrevista con Notimex la presidenta de la Fundación Michu y Mau, Virgina Sendel de Lemaitre.
La periodista resaltó que lo más grave es que, además del costo económico, el costo físico y emocional que deberán enfrentar los menores y sus familias es por el resto de su vida.
“El paciente quemado es el más caro que existe. No solamente es el que más sufre sino que es el más caro. Los hospitales de Shriners que nos ofrecen su atención gratuita en Estados Unidos tienen considerado un costo de un millón de dólares por niño”, dijo.
Sendel explicó que dicho costo es por un paciente que registra 90 por ciento o más de la superficie corporal quemada, y refirió que por fortuna los más de mil niños mexicanos que se han tratado ahí a través de la fundación han sido salvados hasta con 95 por ciento de su cuerpo afectado.
La cifra de un millón de dólares implica desde el momento que llega el niño a los hospitales del Shriners Burns Institute hasta que cumple los 18 o 21 años; “si a los 18 todavía no han acabado de crecer y necesitan más tratamiento, se lo dan gratuitamente”.
Pero en el caso de los niños quemados en Sonora “estamos hablando de bebés, y un pequeño o pequeña de tres años de edad con un 18 por ciento de superficie corporal quemada está en riesgo de perder la vida”.
Virginia Sendel expuso que desde que se registró esa tragedia la Fundación Michu y Mau se presentó para apoyar a los padres y niños afectados. Esta Institución de Asistencia Privada (IAP) mexicana es la única en el país con estas características de acercar la atención especializada para quemados.
Sendel de Lemaitre refirió lo que sufren y enfrentan los pequeños que se quemaron en el incendio de la guardería ABC, de los cuales 46 ya murieron, 29 están hospitalizados y otros por fortuna ya fueron dados de alta.
Para una persona que ha sufrido quemaduras en 50 o 70 por ciento de su cuerpo es muy limitante, “mucho más en una criatura de tres años de edad o menor”, explicó.
“Si logran sobrevivir van a tener que usar trajes de comprensión durante un año o más en todas las áreas quemadas. Es un traje de un material elástico con especificaciones muy precisas que se coloca sobre la superficie quemada”, precisó.
La filántropa detalló que lo que hace ese traje es ejercer presión para que las cicatrices no se hagan bordes o alcaloides y queden planas, pues lo que es real es que no desaparecen.
“Ese es el primer paso. Implica para los niños una picazón tremenda, se les tienen que dar calmantes porque durante un año o más las cicatrices dan mucha comezón e irritación en las áreas donde están. Es muy incómodo para los chiquitos, es la cicatrización lo que provoca la comezón”, apuntó.
Lo siguiente es que dependiendo de qué músculos o tendones se hayan afectado, necesitan terapia de rehabilitación y se necesita extender los músculos con cirugías de acuerdo a como vaya creciendo el paciente.
“Las cirugías para un quemado severo van a ser de dos o tres por año hasta que cumpla 18 años o deje de crecer. También dependiendo de las áreas afectadas, lo mismo sucede con la cara porque se necesita cirugía correctiva”, expuso.
En el caso de los niños de Hermosillo el problema es que como son tan pequeños siguen su desarrollo normal, pero los injertos no crecen de acuerdo a la piel normal, entonces se tienen que cambiar cada determinado tiempo hasta que dejan de crecer y les quede un injerto para el resto de su vida.
“Hay cosas más refinadas, como el injerto de cabello o la cirugía cosmetológica que va de la mano con la terapia de rehabilitación también, sobre todo en función de la sobrevivencia como es que pueda comer bien, que pueda oler bien, inclusive en sus oídos se les tienen que poner orejitas”, añadió.
Todos esos tratamientos son únicos para cada paciente, pues no hay un quemado que sea igual a otro, cada caso tiene que ser analizado y el proceso que se siga va a ser diferente con base en lo que opine un grupo interdisciplinario de médicos y expertos.
Con relación al apoyo psicológico se tiene que enfrentar a la realidad de que un quemado grave difícilmente puede volver a recuperar su vida como era antes del accidente, porque se tiene que tomar en cuenta que recibe el shock más fuerte que existe en cuanto a dolores físicos y emocionales.
“El dolor físico se atiende de inmediato, el dolor emocional dura toda la vida. La criatura se enfrenta no solamente al shock que vivió en el momento, sino a una desfiguración física o impedimentos físicos en caso de que haya perdido miembros, que lo van a marcar el resto de su existencia”, comentó.
Se trata de dar atención posterior a sus quemaduras para que pueda reintegrarse a la sociedad y tratar de evitar el golpe del rechazo de la gente, lo cual es muy duro y doloroso.
Esto no se puede evitar y es más difícil en un país como México donde no hay un reconocimiento y respeto por el quemado, comentó Virginia Sendel.
“No tenemos esa cultura, si ven a niños con máscaras creen que está disfrazado o que está jugando; si los ven con la carita muy cicatrizada, igual. Lo que nuestro equipo médico y de psicólogos hace en principio es avisar a toda la gente involucrada sobre el rechazo.
“Espero que en Hermosillo se pueda dar la primera lección de cómo no rechazar a las personas afectadas por quemaduras. Pero sí se van a afectar en un plano muy difícil”, expresó.
Con relación a la familia, en el caso de Hermosillo se unirá más pues el hecho de que no fue responsabilidad de un pariente, como pudieron haber sido los abuelo, primos, tíos, hermanos, los propios padres e incluso amigos, no se generará conflicto y desunión.
En el caso del incendio en Hermosillo no existe la culpa ni recae la responsabilidad del accidente en el entorno familiar, por lo que hay menos posibilidad de desintegración; por el contrario, en esta situación lo que los va a marcar es la unión, pero lo que es inminente es que la familia estará marcada durante mucho tiempo.
“Aquí la terapia tiene que ser para todos. Aunque no hay terapia que te pueda regresar a tu niño, por lo menos el hecho de que se intente y quiera seguir viviendo a pesar de no tener a tu criatura es muy importante”, agregó.
Sobre todo es vital que la madre, que es quien saca adelante a todos, entienda lo importante que es para sus otros hijos y el resto de la familia, concluyó la presidenta de la Fundación Michu y Mau.
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