WASHINGTON; E.U.- El magnate Donald Trump sube como la espuma en los sondeos para las primarias presidenciales del partido Republicano, pero su duro discurso antiinmigrante a la larga podría costarle el voto crucial de los latinos en Estados Unidos en las generales.
“Lo que está haciendo Trump es un suicidio político”, dijo a la AFP Patricio Zamorano, director ejecutivo de la consultora Infoamericas.info.
Desde que anunció su campaña en junio, “El Donald” se catapultó inmediatamente a la cabeza de los otros 16 candidatos republicanos y esta semana lidera las encuestas con 28%, 16 puntos sobre su rival más cercano.
La inmigración ha estado en primera fila desde entonces: prometió construir una muralla para detener a los mexicanos que entran ilegalmente a Estados Unidos, a quienes describió como narcotraficantes y violadores.
Ha prometido deportar a los 11 millones que viven ilegalmente en Estados Unidos y erradicar el “derecho del suelo”, que garantiza la ciudadanía a los niños nacidos en suelo estadounidense, y que Trump ve como un imán para los indocumentados.
De la mano de un verbo ácido y provocador, una personalidad apabullante y su impaciencia ante la “corrección política” de los políticos tradicionales, sus propuestas han tocado una fibra en los sectores más conservadores: el electorado más activo en las primarias republicanas.
Pero a la vez se ha ganado la confrontación y el desprecio de la comunidad hispana, la principal minoría de Estados Unidos con 54 millones de personas y 11% de los electores.
Según un sondeo de Gallup publicado esta semana, el millonario es el menos popular de los candidatos republicanos entre los latinos, con una imagen neta de -51 puntos. Quienes le siguen, el senador Ted Cruz y el exgobernador Rick Perry, tienen -7.
“Esto es personal”, expresó Jorge Ramos, un inmigrante mexicano y presentador estrella de la cadena hispana Univision, a quien Trump expulsó de una conferencia de prensa el martes cuando lo increpaba sobre su plan migratorio. Numerosas estrellas hispanas claman “Basta ya”.
A CONTRAVIA DEL PARTIDO REPUBLICANO
El ascenso de Trump ha encendido alarmas en la dirigencia republicana, que se había propuesto reconquistar el voto hispano luego que Mitt Romney y su propuesta de “autodeportación” de indocumentados le entregara la elección de 2012 a Barack Obama.
Según la firma Latino Decisions, para ganar en 2016 los republicanos deberán obtener 47% del voto latino, el doble de Romney y más del 44% que le dio la victoria a George W. Bush en 2004.
“El voto latino es fundamental para elegir al próximo presidente”, subrayó Zamorano.
Para Michael Cornfield, experto político de la Universidad George Washington, las propuestas de Trump sin que ningún otro candidato republicano las desafíe abiertamente están dañando la imagen de todo el partido entre los latinos.
“Los candidatos, donantes y las élites del partido (Republicano) están ofuscados por la reacción popular hacia Trump”. “Nadie esperaba que alterara la agenda y durara tanto”, señaló Cornfield a la AFP.
Pero nada de eso parece importar mucho a los candidatos, quienes lejos de enfrentar a Trump están siguiendo sus pasos con la ilusión de resaltar en el abanico de aspirantes republicanos.
El exsenador Rick Santorum, que tiene solo 1% de popularidad, dijo que exigirá a México “que deje de facilitar la ilegalidad en la frontera” y prometió construir un muro fronterizo, una idea que también apoya el gobernador Scott Walker (sexto con 6%).
El gobernador Bobby Jindal pidió también erradicar el derecho a la ciudadanía por nacimiento y el senador Lindsey Graham lo llamó una “mala practica”.
El exgobernador de Florida, Jeb Bush, que marcha tercero con 8%, igualmente incitó la rabia de los grupos proinmigrantes. Hijo y hermano de presidentes, Bush denunció los “bebés ancla”, usando un término peyorativo empleado para referirse a los hijos de padres indocumentados que al nacer en suelo estadounidense obtienen automáticamente la nacionalidad.
ESTRATEGIA RIESGOSA
A cinco meses de las primarias, y tras la burla e incredulidad inicial, muchos analistas ahora consideran a Trump un serio aspirante.
“A estas alturas, cualquiera que diga que (Trump) no puede ganar la nominación republicana está en una profunda negación”, escribió el columnista del Washington Post Eugene Robinson.
Pero lo que haría Trump eventualmente luego para llegar a la Casa Blanca es una mayor incógnita.
Su estrategia es “bastante riesgosa” porque luego de emprender contra los latinos “es muy complicado” intentar volver al centro del espectro político, dijo Zamorano.
Después de todo, un candidato con su estilo no tiene parangón en Estados Unidos.
“El súbito y agudo ascenso de un candidato antiinmigrante no tiene precedentes en el contexto de una carrera presidencial”, señaló Cornfield.
“Aún no sabemos cuán trascendental (Trump) será para el discurso público, las elecciones y las políticas”, añadió.
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