Nuestra historia, como todas las historias, nos ha llenado de basura. Nos han hecho ver héroes donde no existen, incluso calles y avenidas de todas las ciudades del mundo, hacen loas por insípidos y falsos héroes que tienen más cara de villanos, que de lo que se supone son.
En unos días más, celebraremos un episodio más de la celebración de la Independencia de México de España. ¿Pero es esto una realidad o una mentira más de las que está llena nuestra historia?
No nos queda más que ir a “matar gachupines” como el grito de guerra del cura Hidalgo. Aldama y Allende sí eran gachupines, pero por años prevaleció esa idea y se conserva hasta nuestros días.
Los gachupines siguen en México, dueños de la banca, de la industria minera, de la hotelera nacional y simplemente son dueños de las comunicaciones televisivas, porque parece ser que las comunicaciones telefónicas y de internet siguen aún en manos mexicanas.
Ello no importaría si todos lo supieran, pero esto se mantiene oculto, a “soto vocee” en quedito que la cerveza, o mejor dicho la industria cervecera era hasta hace unos años también propiedad de españoles, ahora es norteamericana, como también lo es la industria alimenticia, lo que nos indica que no nos hemos independizado, que no somos dueños de nada hasta donde el entendimiento me da.
Es una mentira tras otra, no sólo en la historia, también en la vida real, en tiempo presente, nos hablan de una “producción petrolera”. Hasta hoy que yo sepa, el petróleo lo generó la naturaleza y Pemex sólo lo extraía. En México este producto natural, se guardó tan celosamente hasta que dejó de ser útil y ahora que dejó de serlo, nos bombardean con la mentira de una reforma energética total y absolutamente desfasada.
Cuando el petróleo tuvo tres veces su valor actual, se atesoró, se guardó, pudiendo haber sido sus ganancias utilizadas para impulsar al campo mexicano tan pisoteado y olvidado, en donde radica la pobreza y no por ganas, sino por impotencia, pudieron haberse utilizado en impulsar industrias pequeñas.
Basta con saber que a Tamaulipas, le fueron requeridos soldadores calificados por las industrias que están por venir al actual gobernador y no encontró ninguno calificado, que hay que hacerlos y calificarlos, totalmente perdidos en tiempo y espacio.
Cuando nuestro peso va en caída libre, mientras nuestros legisladores, aguerridos luchadores del pueblo y la sociedad, gastan a manos llenas no sólo en su persona, sino en proyectos estúpidos e ilusos, pues no tenemos un proyecto de nación
Si eso es lo que celebramos, deberíamos llorar de vergüenza que desde 1810, a la fecha no hayamos podido ser productivos.
Eso es lo trágico, cito la anécdota que en un libraco de esos de la postguerra, fechado en junio de 1950 en una revista norteamericana, donde se exhibía un auto de superlujo, producido y vendido cinco años después que la Alemania nazi, cuando había quedado devastada y vendían al mundo sus productos manufacturados, en las revistas del país que los derrotó.
Celebremos mejor el episódico nacional como un intento más de querer ser, más ¡no el de haber sido!
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