El ex presidente cubano Fidel Castro consideró hoy millonarias las pérdidas materiales causadas a Cuba por el devastador huracán Gustav, cuyos efectos comparó con “un golpe nuclear”.
El meteoro, degradado a tormenta tropical en Estados Unidos, arrasó el sábado ocho municipios de la provincia occidental de Pinar del Río y dejó en ruinas a la Isla de la Juventud, a unos 100 kilómetros al sur de La Habana.
En un artículo en un sitio digital oficial, Castro afirmó que “cien millones de dólares significan sólo nueve dólares por habitante, y necesitamos mucho más. Necesitamos 30 veces, 40 veces esa cifra sólo para paliar nuestras necesidades más elementales”.
“Tal esfuerzo debe salir del trabajo del pueblo. Nadie lo puede hacer por nosotros”, dijo en una nueva Reflexión bajo el título de “Un golpe nuclear”, al comparar el desastre causado por el huracán de categoría cuatro a una explosión atómica.
“Sólo de nuestro trabajo, reitero, podrán salir los recursos. Mientras las nuevas generaciones lleven a cabo esa tarea, los hombres y mujeres que habitan esta isla requieren de la solidaridad, el valor y la combatividad mostrada por los pinareños y pineros”, agregó.
El ex presidente, de 82 años de edad, alejado del gobierno por una enfermedad gastrointestinal, ofreció en su editorial la primera aproximación global al monto de pérdidas materiales causadas por el tercer huracán de la temporada 2008.
Castro, que conserva el cargo de primer secretario del Partido Comunista, dijo que las fotos y reportajes televisivos le recordaron “la desolación que vi cuando visité Hiroshima, que fue víctima del ataque con la primera bomba atómica en agosto de 1945”.
Subrayó que “ahora la batalla es alimentar a las víctimas del huracán; la dificultad no está en restablecer cuanto antes la electricidad”, y llamó a no dejarse “arrastrar por las ilusiones”.
“Este huracán -sostuvo- nos deja cien mil viviendas golpeadas en mayor o menor grado y pérdida casi total de artículos necesarios después de la tragedia, como explica en su carta (el pintor) Kcho”, quien le envió un reporte desde la Isla de la Juventud.
Castro afirmó que tanto las Fuerzas Armadas como todos los organismos del Estado “tienen sus tareas asignadas, todos son importantes”, pero insistió en que “los bienes no salen de la nada. Compartir implica sacrificios. No nos demos el lujo de olvidarlo dentro de unos días”.
“El hecho adverso debe servir para trabajar con más eficiencia cada día y el empleo justo y racional de cada gramo de material. Tenemos que luchar contra nuestras superficialidades y egoísmos”, anotó.
En su carta, el pintor Kcho, según relató Fidel, le dijo que los habitantes de la Isla de la Juventud “tienen aún la moral por el cielo”, pero “muchos han perdido sus casas, y casi todos tienen sus pertenencias, camas, colchones, televisores, refrigeradores, etcétera, destruidos”.
“La solidaridad humana está siendo el arma más importante en este momento. La moral está alta pero eso no va a ser eterno. Va a haber que dar solución a algunas cosas” porque “con el transcurso de los días la moral de la gente puede decaer y llegar a la depresión”, dijo Kcho.
Tras citar un reporte de prensa, Castro afirmó que en la mayor empresa agrícola en Guira de Melena, provincia de La Habana, las pérdidas “a precios internacionales, horas de trabajo, productos alimenticios, equipos de cultivo y riego, combustibles y otros gastos, son millonarias”.
Comentó la odisea vivida por cinco tripulantes de un barco pesquero de Batabanó, en el suroeste de Cuba, que estuvieron desaparecidos cinco días a punto de perecer a causa del meteoro, pero afirmó que se produjo un “milagro revolucionario y los pescadores fueron rescatados”.
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