Madrid, España / Junio 27.-
Vestida con unas botas negras de ante, mini short de mezclilla y una camisa a cuadros, Paulina Rubio recibe a EL UNIVERSAL en un céntrico hotel de Madrid.
Lleva cuatro días de promoción en España dando entrevistas sin parar hablando sobre su nuevo disco “Gran city pop”, y aunque son las seis de la tarde y desde las 10 de la mañana atiende a los periodistas, no hay en su rostro un signo de cansancio. Los que la rodean dicen que es “una profesional”, y ella argumenta que viene de un año sabático y que trae las pilas “muy cargadas”.
Entre risas recomienda beber agua caliente con dos limones nada más al despertarse “porque es lo más sano que puedes tomar para empezar el día”, asegura. Aunque reconoce que su marido, el empresario español Nicolás Vallejo-Nájera, no ha podido hacerlo más de tres días seguidos.
Disco exitoso
Paulina Rubio está feliz. En España su primer sencillo “Causa y efecto” lleva tres semanas siendo número uno de las listas y aunque todavía no hay cifras de ventas, ya que apenas salió al mercado el lunes, se espera que sea un éxito.
“Estoy muy contenta con el disco. Es muy variado porque siempre trato de hacer diferentes géneros y porque no me gusta repetirme. Hay baladas, rancheras, boleros, reggae, pop. Tiene sentido del humor, amor, desamor. Y de las 10 canciones que incluye, nueve las he compuesto yo”, asegura.
Una de las canciones que más le gusta es “Melodía de tu alma”. “La letra creo que tiene poesía. Habla de una forma muy bonita de lo que sientes cuando encuentras a tu alma gemela. Y está dedicada a mi marido Nicolás Vallejo-Nájera. Bueno, esa y otras más”, cuenta.
Un hijo varón
El disco, al que considera su hijo y del que dice que es de sexo masculino, lo grabó entre Madrid, Miami y México, que son los tres lugares donde compone y donde tiene casas (se acaba de comprar una en Madrid “muy divertida”, como ella dice) por eso “el disco huele a tequila, a rosas y a vino tinto”.
Este es su noveno disco que ha grabado después de pasar un año sabático tras su boda en mayo del año 2007. Un año que ha dedicado a escribir, meditar, componer, descansar y estudiar guitarra y canto. “Lo he vivido muy feliz. Cuando no hago promoción llevo una vida más tranquila aunque muy activa. Vivo en Miami al lado del mar, hago deporte. Me levanto a las nueve o 10 de la mañana, hago seis o siete kilómetros en bicicleta, voy a yoga, a comprar el periódico, a pasear a mis perros, me gusta navegar, a las tres de la tarde entro en el estudio que tengo en mi casa y allí me pongo a componer. Esa es mi vida cuando no estoy trabajando. Me gusta mirar las estrellas con mi telescopio y trato de buscar en el calendario las lunas llenas”.
La joven dice que ver las estrellas “le inspira” y reconoce que en las noches de luna llena “soy como un lobo, quiero aullar, no me da sueño y estoy más viva que nunca”. Y recuerda que se casó “una noche de luna llena en Quintana Roo, el lugar más bonito del mundo”.
También la disciplina le ayuda a mantenerse en forma. “Tengo muy buenos hábitos y eso me ayuda a sentirme bien. Bebo agua, hago ejercicio e intento dormir lo más que puedo. Y además llevo muchos años haciendo yoga para combatir el estrés y encontrar mi centro. Medito mucho. Y siempre antes de dar un concierto”. También su familia y sus fans le ayudan a conseguir estabilidad. “Mi familia es importante, pero también lo son mis fans. Sin ellos nada de esto sería posible”, señaló.
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