PYONGYANG, C.N.- Corea del Norte está preparada para hacer frente a una eventual amenaza de Estados Unidos, afirmó este sábado el líder Kim Jong-Un, durante un espectacular desfile militar con motivo del 70 aniversario del partido único.
Miles de soldados desfilaron al paso de la oca en la plaza Kim Il-Sung de Pyongyang, seguidos por tanques, otros vehículos blindados y misiles.
Con traje oscuro de cuello mao, el dirigente norcoreano pronunció un discurso más belicoso de lo que acostumbra, afirmando que su país está preparado para afrontar cualquier amenaza procedente de Washington.
“Hoy, nuestro partido proclama con determinación que nuestras fuerzas armadas revolucionarias son capaces de enfrentarse a cualquier guerra provocada por Estados Unidos, y que estamos preparados para proteger a nuestro pueblo y el cielo azul de nuestra patria”, afirmó el dirigente norcoreano.
El desfile era en homenaje al partido único de inspiración marxista-leninista que reina con tres generaciones de una misma familia, considerada la única dinastía comunista de la Historia.
“El Partido de los Trabajadores de Corea es un partido invencible que forma un todo con el pueblo”, añadió el líder norcoreano en un discurso de 30 minutos, interrumpido por salvas de aplausos de decenas de miles de personas.
No ha escatimado en elogios para los norcoreanos, calificándolos de “fuente del milagro” que ha permitido al país transformarse en un “poderoso Estado socialista, independiente y autónomo en materia de defensa”.
“¡Viva el partido invencible de los trabajadores de Corea!”, proclamaba una banderola colgada de un globo en la plaza que lleva el nombre del abuelo del dirigente de Corea del Norte, uno de los países más herméticos del mundo.
Los edificios de las inmediaciones estaban adornados con banderas del partido comunista (una hoz y un martillo sobre fondo rojo) y con la norcoreana (azul, blanca y roja).
Un mar de colores alfombraba la plaza, con hombres y mujeres agitando banderas y flores pese al día lluvioso.
Al anochecer, después del final del desfile, los fuegos artificiales lanzados desde la orilla del Taedong iluminaron el cielo.
En la plaza, la muchedumbre agitó cartulinas de colores formando imágenes de las banderas del partido mientras gritaba el nombre de Kim Jong-Un.
ARMAS NUCLEARES
El número uno norcoreano había rendido homenaje a su linaje acudiendo el viernes a medianoche al palacio del Sol Kumsusan, transformado en mausoleo para su padre y su abuelo Kim Il-Sung, fundador de Corea del Norte.
Son probablemente los festejos más fastuosos desde que Kim Jong-Un tomó las riendas del poder tras el fallecimiento de su padre Kim Jong-Il en 2011.
En la capital, las calles estaban engalanadas con pósteres gigantes, banderines rojos y banderas, algunas de ellos con las cifras 10/10, que representa el 10 de octubre, “fecha del nacimiento” del Partido de los Trabajadores.
Según los investigadores del Instituto estadounidense-coreano de la universidad John Hopkins, las imágenes por satélite sobre los preparativos del desfile, tomadas cuatro días antes, mostraban que sería uno de los más espectaculares de la historia norcoreana.
Estos desfiles, ocasión en la que Corea del Norte abre la puerta a la prensa extranjera, cuyos movimientos están restringidos, persiguen objetivos múltiples.
De puertas adentro es un despliegue de orgullo nacional y de fervor patriótico destinado a apoyar al líder supremo.
De cara al exterior se trata de demostrar su fuerza y el poco caso que hace de lo que piensa el mundo sobre sus programas nucleares y sus misiles.
Pyongyang llevó a cabo tres ensayos nucleares, en octubre de 2006, en mayo de 2009 y en febrero de 2013, y amenazó con realizar otro en el marco de un programa de armas nucleares y misiles que el país ha proseguido pese a las sanciones internacionales.
Señal del aislamiento del país, el único dignatario extranjero presente en las festividades era Liu Yunshan, miembro del gobierno chino.
China sigue siendo el principal aliado de Pyongyang, pero las relaciones bilaterales se han tensado por la exasperación de Pekín ante las provocaciones norcoreanas, en particular con su programa nuclear.