México, D.F. / Junio 30.-
Observar vacías buena parte de las tribunas del estadio Qualcomm de San Diego en el partido del domingo entre el Tricolor y Guatemala resultó sorpresivo para muchos, pero es lo que marca la tendencia, según afirma un directivo cercano al convenio que actualmente tiene la Federación Mexicana de Futbol (FMF) con la empresa Soccer United Marketing (SUM).
Y es que, desde su punto de vista, “esta situación es preocupante, porque la selección de Estados Unidos y los equipos americanos le están ganando el mercado a México”.
Hasta en California, donde la gran cantidad de mexicanos que radican en el estado solía ser garantía de grandes asistencias a los inmuebles.
“Es un mercado ya maduro para el futbol mexicano, pero desafortunadamente se está yendo del lado de los americanos”, reitera el directivo.
Situación que ha encendido la alarma entre los dirigentes del balompié mexicano, quienes podrían perder uno de sus negocios más importantes.
A final de cuentas, el buen desempeño de la selección estadounidense y el crecimiento de la Major League Soccer (MLS) le da más opciones a los aficionados en la Unión Americana.
Es por eso que las cuentas ya no podrían salirle a la FMF y a SUM.
El actual convenio entre ambas partes, firmado en 2006, tiene un valor entre 22 y 23 millones de dólares. Su validez comprende el periodo entre los Mundiales de Alemania y Sudáfrica.
De hecho, SUM le paga 750 mil dólares a la Federación Mexicana por cada encuentro amistoso del Tricolor en Estados Unidos y el contrato también estipula que deben jugarse cinco de estos duelos al año, aunque el número puede incrementarse.
Hay otro detalle importante: si la afluencia de gente es bastante considerable (mayor a los 50 mil aficionados), la FMF recibe 30% del ingreso por concepto de taquilla, además de un porcentaje por la venta de esquilmos dentro del estadio.
Además, SUM se beneficia por la venta de publicidad alrededor del cotejo.
En cuanto a gastos, la empresa estadounidense paga el alquiler de los inmuebles, el cual puede incrementarse de acuerdo al aforo y reciente construcción de cada estadio.
Otro egreso son los costos de transportación y hospedaje de la Selección Mexicana y el rival en turno, además del monto que se le paga a la Federación del país cuyo equipo nacional se mide con el Tricolor.
Es por eso que la situación podría complicarse si las bajas entradas se repiten.
“La renegociación del contrato es preocupante si esto sigue”, finaliza el directivo.
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