Cruz Azul “masacró”
al Hankook 6-0

El trámite culminó en masacre. Cruz Azul repitió otra media docena de goles sobre el semiprofesional equipo Hankook Verdes, de Belice, para clasificar caminando a la fase grupal de la “Concachampions”, con global de 12-0.
En duelo celebrado en un vacío estadio Las Flores, en Jalapa, Guatemala —dadas las carencias del conjunto de Belice—, Cruz Azul avanzó así al Grupo A de la Liga de Campeones, donde competirá contra DC United, Saprissa, de Costa Rica, y el ganador de Metapán vs. Marathon.
Hace 20 años (1988), en un duelo de la entonces Copa de Campeones de la Concacaf, La Máquina había masacrado al antecedente de este equipo (Leslie Verdes) por margen de 14-2, también en dos partidos.
Este miércoles, los Cementeros estuvieron cerca de repetir aquella faena. El partido sólo sirvió para engordar los números del Cruz Azul, que ya tiene en Javier Orozco al líder del certamen con cinco dianas. Ayer, el jugador marcó dos veces (18’ y 39’) a lo largo de 62 minutos, los que se agregaron a los tres que conquistó en el duelo de ida disputado en el estadio Azul de la capital mexicana.
Miguel Sabah (37’), César Villaluz (50’) y Nicolás Vigneri (70’ y 84’) se unieron al festival.
Aún con varias ausencias (como sucedió en la ida), el equipo mexicano simplemente hizo efectivas las facilidades otorgadas por un rival frágil, incapaz de llegar a las coberturas y cuyo arquero, Jamie Brooks, toleró toda clase de goles.
El primer gol, obra de Orozco, ocurrió tras un servicio por derecha de Gerardo Lugo. El balón se le pasó a la zaga central y Orozco, sin rivales de por medio, encaró a Brooks, quien para entonces había perdido la ubicación.
Con esas facilidades, Cruz Azul agregó un par de anotaciones al cierre del primer lapso, con tantos de Miguel Sabah, potente y por el centro, y del propio Orozco, tras eludir a un contrario.
La goliza la completaron los recién ingresados Villaluz (a centro de Andrade), y Vigneri, quien marcó dos. El primero gracias a una acción individual y el último, tras un desborde de Édgar Andrade. Y a la masacre se agregó el árbitro nicaragüense José Guerrero, quien aportó tres minutos de compensación.