Tegucigalpa / Julio 1.-
La orden de captura dispuesta contra el depuesto presidente hondureño Manuel Zelaya y la creciente polarización aumentan el riesgo de violencia e impedirían que el mandatario retome el poder, según círculos políticos locales.
Zelaya prepara un viaje a Honduras para los próximos días en compañía de una misión de jerarcas de la política regional, encabezados por el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza.
Los analistas estimaron que con el viaje, y cobijado por la comunidad internacional, Zelaya emprendería el camino de regreso a la presidencia, que le fue arrebatada en una acción realizada por militares que lo capturaron y expulsaron del país.
Los nuevos elementos de la crisis política, sin embargo, se presentan casi como obstáculos insalvables para que el depuesto mandatario cumpla su propósito de ejercer la presidencia hasta el final de su mandato en enero de 2010.
La orden de captura internacional y la radicalización de las posiciones de los seguidores del nuevo gobierno, por un lado, y los simpatizantes de Zelaya, por el otro, aparecen como factores contrarios al retorno del depuesto mandatario.
Opositores de Zelaya afirmaron que su regreso al país el próximo jueves sería un desafío del gobernante que agravaría la crisis, y una irresponsabilidad por los eventuales enfrentamientos que produciría entre sus seguidores y detractores.
“La polarización que estamos viviendo llevará a la violencia con consecuencias funestas para los hondureños, de lo cual será culpable Zelaya”, declaró un diputado opositor en una emisora capitalina.
Por parte de los seguidores del mandatario, el dirigente popular Rafael Alegría dijo a periodistas extranjeros el martes, en medio de una manifestación en favor de Zelaya, que el destituido presidente será recibido por “una gran multitud”.
“Y si podemos, vamos a instalarlo en casa presidencial”, pues Zelaya “es el legítimo presidente de los hondureños”, enfatizó Alegría, quien denunció que “15 líderes populares (incluido él) tienen orden de captura del régimen fascista de (el presidente designado por el Congreso, Roberto) Micheletti”.
El fiscal general de Honduras, Luis Alberto Rubí, declaró en rueda de prensa que a Zelaya le espera una orden de captura, que se cumplirá por los delitos de abuso de autoridad, traición a la patria y usurpación de funciones.
“Si viene como ciudadano hondureño, allá el, pero si viene como presidente, usurpando una función que no le corresponde, entonces ‘arrivederci bambino’”, dijo a periodistas en tono locuaz el canciller designado por Micheletti, Enrique Ortez Colindres.
Ortez, quien sustituyó a Patricia Rodas, aseveró desafiante que si la situación de crisis desatada por Zelaya obliga a romper relaciones con países y organismos internacionales, se asumirán las consecuencias.
“El que quiera es libre de mantener o no relaciones, como también es libre de suspender su representación diplomática (con Honduras)”, sostuvo el flamante canciller.
Micheletti, quien fue nombrado por el Congreso luego de que el domingo militares capturaron y enviaron al exilio a Zelaya, afirmó en una cadena de televisión que mantienen bajo control y en calma al país.
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