México, D.F. / Julio 2.-
Equipos de futbol de México han servido para lavar dinero del narcotráfico y también han sido utilizados por sus propietarios como medio para corromper a funcionarios gubernamentales, afirma un reporte de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo (OCDE).
En un informe del Grupo de Acción Financiera de la OCDE titulado El lavado de dinero a través del futbol se citan por lo menos dos casos de México en los que destaca la compra de un equipo de tercera división por parte de un narcotraficante y, en segundo término, el caso de un seudoempresario que mediante la compra de un equipo profesional invitaba a funcionarios gubernamentales a los partidos de futbol para obtener las más importantes obras públicas.
DEA investiga
El 7 de junio pasado se dio a conocer que la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) indaga si los equipos de futbol de México están siendo utilizados por los cárteles para operaciones ilícitas como lavado de dinero.
“Hay conexiones entre organizaciones criminales y el mundo del futbol, desde el nivel internacional de organizaciones criminales infiltrando el futbol profesional hasta localmente operando en ligas menores o incluso amateur”, destaca el reporte de la OCDE.
El informe indica, sin precisar nombres, que a través de diferentes casos se determinó cómo el futbol está siendo utilizado para lavar dinero y para otras operaciones ilícitas, tales como tráfico de drogas, tráfico humano, corrupción, y evasión fiscal.
Negocio redituable
Sobre México destaca la OCDE el caso de una persona que tras vivir en una pequeña población en el interior del país emigró de México y cinco años más tarde regresó con mucho dinero para comprar varias compañías, entre ellas un equipo de futbol de tercera división cuya inversión no era atractiva, pero se ubicaba en una de las más grandes ciudades.
Sin embargo, agrega, el nuevo propietario cambió el equipo de futbol a un pequeño pueblo de aproximadamente 30 mil habitantes, “donde se esperaría que las ganancias serían bajas, porque el número de seguidores sería menor. Esta actividad mostraba todos los indicadores de que era un negocio no lucrativo”.
Pero, explica el reporte, los salarios y la infraestructura pagada en esa nueva administración estaban por arriba de los otros equipos de la misma división y los patrocinadores eran conocidos por su poca capacidad de solvencia económica, pero se considera que todo eso daba mayor valor a la franquicia como medio de legitimar las inversiones y como reconocimiento de que había gente importante en el sector deportivo.
“El equipo de futbol pasó de tercera a segunda división en un año. Después el inversionista fue identificado como el líder de una red de narcotráfico”, detalla el reporte.
Seducen a políticos
Además, se cita otro caso de México en el cual “un seudohombre de negocios ligado con oficiales del gobierno local compró un rentable equipo de futbol profesional y lo usó como medio para atraer políticos y oficiales de varios niveles gubernamentales. Gracias a su equipo y encuentros de futbol, él tuvo acceso a oficiales locales con poder de decisión sobre obras públicas y usó esos contactos para asegurar que las más importantes obras públicas le fueran asignadas a él”.
En este sentido, la OCDE señala que las reuniones entre gobierno y corporaciones oficiales, y el gobierno legítimo y el mundo criminal presentan oportunidades de colusión.
“Un deporte popular puede ser la ruta para que los criminales se conviertan en celebridades, al asociarse con gente famosa y moverse en círculos poderosos con gente de sociedad.”
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