Reynosa, Tamaulipas / Julio 2.-
Las violaciones a los derechos humanos en la frontera tamaulipeca se han incrementado gravemente a partir del reforzamiento de los operativos del gobierno federal en contra de la delincuencia organizada, reveló Rebeca Rodríguez, presidente del Centro de Estudios Fronterizos y de Promoción de los Derechos Humanos.
La derechohumanista afirmó que el quebrantamiento de la ley por parte de las instituciones federales de seguridad pública y de elementos del Ejército es recurrente por lo que actualmente las operaciones que realizan en la región se han convertido en un peligro real e inminente para la comunidad.
Y como prueba, aseguró que en lo que va del presente año, en dos casos distintos al menos cuatro personas inocentes han muerto a consecuencia de las lesiones que les provocaron miembros del Ejército cuando los sometieron a torturas.
En ambos incidentes, los militares pretendieron ocultar los hechos.
Dijo que en los últimos años se han institucionalizado prácticas ilegales por parte de integrantes de militares y policías que tienen encomendada la persecución de delitos del orden federal relacionados con delincuencia organizada.
“Con profunda preocupación, observamos el cada vez mayor deterioro del principio de legalidad porque el gobierno se ha colocado por encima y más allá de las normas a las que debiera estar sometido”, anotó la activista.
Rodríguez, abundó que de tal forma, el allanamiento, la privación ilegal de la libertad, la amenaza y los golpes se han convertido en parte de los procedimientos rutinarios de las corporaciones federales y del Ejército.
En la zona fronteriza de Tamaulipas es común el uso de la tortura como método de investigación, principalmente por parte de efectivos militares, mediante agresiones físicas y sicológicas severas, que incluyen aplicación de corriente eléctrica en partes sensibles del cuerpo; golpes con tablas en glúteos y espalda; patadas; puñetazos; amenazas de muerte e incluso simulación de ejecución, buscan obtener una confesión o información.
Para concluir, remarcó que el nivel de deterioro de los derechos humanos en la región es impresionante por lo que la comunidad se encuentra literalmente sin defensa alguna frente a los condenables excesos que cometen los elementos federales, especialmente porque en la mayoría de los casos los responsables no pueden ser identificados porque usan pasamontañas durante los operativos.
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