Washington, D.C. / Julio 2.-
El gobierno de Estados Unidos reconoció hoy que aún evalúa si lo ocurrido en Honduras fue un “golpe de Estado”, pese a que el presidente Barack Obama y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, ya lo calificaron como tal.
“No hemos completado nuestra determinación legal”, admitió el vocero del Departamento de Estado, Ian Kelly, respecto a la revisión formal que realiza el gobierno federal para aplicar la ley que llevaría a un recorte de la asistencia que proporcionan al país centroamericano.
La sección 7008 de la ley de Operaciones Extranjeras obliga a Estados Unidos a “hacer una evaluación legal de los hechos en el terreno y si las disposiciones sobre los fondos aplican a esas circunstancias”, anotó el portavoz.
Kelly se vio precisado a señalar lo anterior tras repetidos cuestionamientos de periodistas en días recientes.
El portavoz reiteró que los asesores legales “están evaluando activamente los hechos y la ley en cuestión, que tomamos muy seriamente”.
Dijo que además de los aspectos legales, Estados Unidos quiere cumplir una función “constructiva” en los esfuerzos diplomáticos a través de la Organización de Estados Americanos (OEA) para el restablecimiento del orden constitucional en Honduras en un plazo de 72 horas.
En una teleconferencia dada este miércoles, un alto funcionario del Departamento de Estado, que declaró a condición de anonimato, señaló que el gobierno evalúa el impacto en el bienestar de los hondureños de las acciones que se tomen tras el golpe militar.
Indicó que la transferencia del poder tras el golpe de Estado no quedó en manos de los militares sino que se hizo por medio del Congreso, que avaló esa medida de fuerza y designó en reemplazo de Zelaya al titular de ese organismo legislativo, Roberto Micheletti.
No obstante, enfatizó que la administración del presidente Obama “ha dejado bien en claro” que la detención y expulsión de Zelaya es “inconstitucional e ilegal, y no puede ser tolerado”.
Por su parte, el embajador de Honduras ante la OEA, Carlos Sosa, minimizó el martes las demoras de Washington al indicar que la palabra francesa “coup d’etat” (golpe de Estado) que se usa en el vocablo inglés se podría interpretar como un hecho ya consumado, cuando aún persisten esfuerzos para un retorno a la democracia.
A pesar de que Estados Unidos está “tomando su tiempo” con respecto a la evaluación de las consecuencias legales de declarar oficialmente un golpe de Estado, el Pentágono ya suspendió la cooperación con las Fuerzas Armadas de Honduras.
Esa medida incluye el aplazamiento de las operaciones conjuntas con esa nación, a raíz de su papel en la expulsión del país del presidente Zelaya el domingo pasado.
El portavoz del Departamento de Defensa, Bryan Whitman, dijo que la suspensión de la cooperación sólo afecta a Honduras, donde Estados Unidos tiene estacionados cientos de soldados en la Base Aérea Soto Cano, conocida como Palmerola, en apoyo a acciones contra el narcotráfico.
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