Los gobiernos de todos los niveles aunque han avanzado en mostrar a dónde va el dinero de los contribuyentes, continúa habiendo una resistencia a clarificar completamente de dónde sale el recurso y para dónde va.
Varios organismos civiles intentan darle seguimiento a los presupuestos, y verifican en los portales de los gobiernos estatales y municipales la información que suben a Internet, pero hasta ahora ninguna instancia gubernamental es totalmente transparente.
Siempre hay áreas donde la fiscalización no entra, ni siquiera la Secretaría de Hacienda tiene un control exacto de cómo se emplean los recursos que se entregan a los ayuntamientos y a los gobiernos estatales.
Esa opacidad es una marca de la casa de todos los gobiernos, no importa de qué color sean, seguir la ruta de los recursos implica montar un despacho que a la larga se convierte en una carga, haciendo prácticamente imposible cumplir con la ley de transparencia.
En México, dice la Organización Mundial de la Salud que hay enfermedades que ya debían haber sido erradicadas porque este país cuenta con suficientes recursos económicos para haber alcanzado esa meta, si embargo seguimos batallando con padecimientos curables porque no hay una eficiente labor en concientizar y prevenir.
Eso mismo pasa en otras áreas de la administración pública donde no hay forma de que se transparente las funciones.
La escalerita que representa recaudar y luego distribuir pasa por infinidad de filtros, desde la administración federal hasta llegar al último punto, esa secuencia es intrincada y difícil de seguir, de ahí que el escamoteo de recursos públicos sea una tarea hasta cierto punto sencilla.
El próximo año en que habrá elecciones hay que revisar quiénes de los candidatos o candidatas se compromete con la transparencia, pero que explique paso a paso cómo es que los ciudadanos podrán acceder a información relacionada con el gasto público, para saber a dónde va cada peso que reciben de los bolsillos de los contribuyentes.
“PARTIDIZAR” LA TENENCIA
“Hay que serenarnos en el tema de la tenencia vehicular, hay quienes lo están “partidizando” y debemos estar atentos, porque cada partido tiene intención de sacar un beneficio político, pero sin pensar que se afecta la inversión en obras y servicios a la sociedad.
Esta entidad cuenta con un padrón vehicular de un millón 200 mil automóviles, de los cuales el 90 por ciento no pagan tenencia y solo el diez por ciento cubre este impuesto, por ser unidades con un valor mayor a los 200 mil pesos.
Por este concepto se recaudan 450 millones de pesos, que si dejan de entrar al Estado, afectaría en la fórmula para la distribución de las participaciones federales y al Presupuesto de Egresos de la entidad.
Esas son las palabras de Ramiro Ramos, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso local, como ya habíamos apuntado, el tema de la tenencia sirve para atraer reflectores y todos se suben a él.
Lamento que aún no se entienda que en este tema pagan justos por pecadores, o lo que es lo mismo, o todos coludos o todos rabones. Y punto.
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