¿A qué apostará el PRI para retener la gubernatura en 2016? Hay varias opciones: la primera es que Egidio Torre Cantú elija con la cabeza y no con el corazón; la segunda es que el PAN se incline por quien sea, menos por Francisco García Cabeza de Vaca, y la tercera es que Enrique Peña Nieto arreste a “El Chapo” el sábado anterior a las elecciones.
Aunque suene a broma, esta última opción sería un empujón bárbaro para quien aspire a ser sucesor de Torre Cantú, sea uno de sus más cercanos como Alejandro Etienne o Enrique Cárdenas, o bien cualquiera de los tres diputados federales: Baltazar Hinojosa Ochoa, Alejandro Guevara Cobos o Edgar Melhem Salinas.
Sin embargo, hay otro que tiene las veladoras encendidas a un gran santo: San Manlio Fabio Beltrones, el presidente nacional del tricolor, quien lleva una excelente y envidiable relación con Marco Antonio Bernal.
En ese escenario, los que están ya fuera de la carrera son la legisladora Paloma del Carmen Guillén Vicente, cuya fuerza está en la zona conurbada de Tampico y que puede ser una aliada estratégica del futuro candidato. Y el también descartado presidente del Congreso, Ramiro Ramos.
Sin duda Guillén y Ramos estarían puestos para ser candidatos a las alcaldías de Tampico y Nuevo Laredo, respectivamente, ayudando a la causa para que el Revolucionario Institucional no cumpla los pronósticos de analistas políticos nacionales que ven a Tamaulipas pintado de azul.
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