Ciudad de Guatemala, Guatemala.-
Contabilizado el 100% de la segunda ronda de los comicios presidenciales de Guatemala efectuada ayer, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) informó esta mañana que aunque el comediante Jimmy Morales se convirtió en presidente electo al obtener más de 2.7 millones de votos, el abstencionismo se disparó y superó los sufragios recibidos por el vencedor, al sobrepasar los 3.3 millones de electores y ubicarse en el 43.68%.
Sumados el abstencionismo y los votos obtenidos por su rival—la ex primera dama Sandra Torres Casanova, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE)–, se obtiene un total de 4 millones 629 579 guatemaltecos que evitaron apoyar al ahora presidente electo y que equivale a más del 61% del electorado.
Morales logró menos del 39% del total de votantes, según las cifras finales del TSE sobre la segunda vuelta de la contienda.
Torres recibió 1 millón 328 mil 381 votos, para el 32.56% de los votos válidos, y anoche mismo reconoció su derrota.
Los datos oficiales sobre la segunda vuelta—la primera se realizó el 6 de septiembre y también fue ganada por Morales—mostraron que con un padrón de 7 millones 556 mil 873 electores, ayer acudieron a votar 4 millones 255 mil 875, equivalentes al 56.32%.
Un total de 3 millones 300 mil 998 guatemaltecos con opción de votar se abstuvieron hacerlo, para el 43.68%, en un incremento con respecto a los comicios de septiembre, cuando alcanzó el 29.7% y fue el más bajo desde que Guatemala votó en 1985 para avanzar en 1986 hacia el progresivo restablecimiento de la democracia luego de 32 años de regímenes militares.
Aunque los datos del TSE muestran que el abstencionismo normalmente crece en segunda ronda, en la de ayer superó a la del proceso electoral de 2011, cuando alcanzó el 40%, y se acercó a la de las campañas de 2007, que se ubicó en 51.8%. Entre tanto, en la primera vuelta de los comicios de 2015 bajó al 29.7% frente al 30% en la misma etapa de 2011 y 39.6% en la de 2007.
Fuentes políticas guatemaltecas han advertido que pese a que Morales fue elegido con total transparencia y legitimidad, su mandato—al igual que el de otros presidentes anteriores—será marcado por la debilidad en el número de electores que votaron a su favor.
Del total de votos emitidos ayer en 19 mil 582 mesas instaladas en 2 mil 796 centros de votación, las cifras mostraron que 4 millones 79 mil 228 son válidos y corresponden al 95.85% de los que sufragaron el domingo. Según el informe oficial, los votos nulos sumaron 106 ml 130, para el 2.49% y los blancos alcanzaron los 70 mil 517, para el 1.66%.
En este contexto, el presidente electo—de 46 años y famoso comediante de la televisión y del cine de Guatemala—se apresta hoy a adoptar una serie de decisiones preliminares sobre la etapa de 80 días de transición, ya que deberá asumir el próximo 14 de enero para una gestión de cuatro años y enfrentado a múltiples retos políticos, como el combate a la corrupción política.
Una cadena de escándalos de corrupción que estalló en abril de este año provocó la más grave crisis institucional de este país en el siglo XXI, aceleró el desprestigio de la clase político—partidista dominante y obligó a Otto Pérez Molina a renunciar a la presidencia en septiembre pasado.
Pérez está preso desde el 3 del mes anterior, al quedar desaforado por el Congreso de la República y ser identificado por la Fiscalía General y la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), ente querellante avalado por la Organización de Naciones Unidas, como jefe de una estructura criminal que provocó una millonaria defraudación aduanera.
El ex presidente, que debía concluir su cuatrienio el 14 de enero próximo y entregar la banda presidencial al mandatario surgido de la voluntad popular expresada en las urnas, está acusado de asociación ilícita, cohecho pasivo y defraudación tributaria. Morales recibirá la presidencia de Alejandro Maldonado Aguirre, quien era vicepresidente y fue nombrado el 3 de septiembre por el Congreso en sustitución de Pérez.