Los Dorados de Chihuahua viajaron, se uniformaron, practicaron, pero a la hora de cantar el playball, no salieron al terreno de juego.
Sin duda, un momento histórico en el beisbol de la Liga Mexicana.
Fue imposible no relacionar este momento con lo que sucedió en 1980 y que dio paso a uno de los episodios oscuros del beisbol nacional: la huelga de peloteros y la creación de la Anabe.
Pero ¿cuál es la causa de todo esto?
Expertos en la materia comentan que es muy peligroso que muchos equipos de la liga dependan del gobierno.
Chihuahua es uno de ellos. Pero también Reynosa, Veracruz, Minatitlán, Campeche, Tabasco.
Tigres de Quintana Roo, Leones de Yucatán, Tecolotes de Nuevo Laredo y Saraperos de Saltillo (se dice) no son completamente privados.
Sultanes, Torreón, Diablos, Puebla, Oaxaca y Monclova son de la iniciativa privada.
Las prioridades de un gobierno, ya sea estatal o municipal, no son mantener equipos profesionales, sino el bienestar comunitario. Puedes dar facilidades en instalaciones o impuestos, pero no cargar con nóminas altísimas cuando hay colonias que no tienen agua o calles sin luminarias.
Negarse a jugar no sólo es una afrenta hacia el escaso público que estaba en el estadio (unas 500 personas) sino que también perjudica al resto de los equipos en la zona Norte.
En plena recta final, cuando faltaban sólo 21 partidos para que termine la temporada, cada encuentro puede ser de vital importancia para los interesados en clasificar.
Sultanes es uno de esos equipos que busca un lugar en el playoff y que se ve “beneficiado” por el resultado de este encuentro, que por regla se les apunta 9-0.
Pero ¿qué opinan Diablos, Saltillo y Reynosa? A ellos les perjudica.
AGITADORES
En aquel lejano 1980 se identificaron claramente a los líderes del movimiento huelguista como Ramón “El Abulón” Hernández y Alfonso “Houston” Jiménez, entre otros.
El primero quedó proscrito y el segundo pidió perdón, regresó a jugar y hasta tiene un lugar en el Salón de la Fama.
Aquellos peloteros buscaban un mejor trato de parte de los dueños. Eran tiempo muy diferentes a los actuales. A veces no tenían seguridad social para ellos y su familia y los viajes eran incómodos.
El beisbolista no contaba con tantas facilidades como ahora. Los sueldo actuales son bastante buenos, viajan en autobuses de primera, llegan a buenos hoteles y, en la mayoría de los casos, son atendidos en excelente hospitales cuando se lesionan.
Regresando a los líderes, ahora se habla de Benjamín Gil como el cabeza del grupo. Gil es nativo de Tijuana y fue considerado un gran prospecto de los Rangers de Texas en los años 80.
Jugó algunos años en las Ligas Mayores e incluso llegó a ser campeón con los Serafines de California.
Desde que regresó al beisbol mexicano se le calificó como un jugador “conflictivo” que declaraba a los medios de comunicación lo que la mayoría se calla.
Con los Sultanes fue señalado como parte del grupo de peloteros que en la serie final de 2006 ante Yucatán pidió incentivos, algo que está prohibido por la liga.
Esa vez los regios “extrañamente” cayeron en una baja de juego que les costó perder la serie y el campeonato, cuando se consideraba mucho mejor equipo que el rival.
La Liga Mexicana de Beisbol tiene en sus manos un problema serio. Pueden afrontarlo de raíz o bien ponerle un “curita” y darle carpetazo… de ellos depende, es su liga.
hbencomo@hotmail.com
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