Jersey City, E.U.- Hussam al-Roustom lo perdió todo en Siria. Después de escapar de los horrores de la guerra, está trabajando turnos de 12 horas de noche en una panadería, aprendiendo inglés y viendo a sus hijos crecer en Estados Unidos.
Después de instalarse en Jersey City como refugiado, ahora tiene un mensaje para el país que le dio una segunda oportunidad.
“Los sirios no son terroristas”, dijo a los reporteros el mismo día en que la Cámara de Representantes aprobó prohibir que los refugiados sirios e iraquíes ingresen a Estados Unidos mientras no existan medidas más duras de selección.
Esta fue la primera respuesta legislativa a los ataques terroristas de la semana pasada en París, en los que se cree que uno de los atacantes pudo haber entrado a Europa haciéndose pasar por migrante sirio.
Los refugiados sirios se han convertido en ping-pong político de la campaña electoral estadounidense, con los republicanos decididos a detener la promesa del presidente Barack Obama de acoger a 10.000 de ellos el próximo año.
Obama ha amenazado con vetar el proyecto y acusó a los republicanos de tener “histeria”. Estos defienden la medida como una necesidad de sentido común después de la matanza de 129 personas en París.
“Al pueblo sirio le gusta trabajar, ellos desean vivir, ellos anhelan más libertad, una mejor oportunidad”, dijo Roustom.
“Ellos son algunos de los que están escapando de los terroristas, ellos no están yendo a crear terrorismo en otro país”, añadió.
Desde octubre de 2011, Estados Unidos ha admitido a menos de 2.800 refugiados sirios. Turquía ha recibido dos millones, Líbano más de un millón y Jordania más de 500.000.
Los Rostoum fueron la primera de solo cuatro familias sirias acogidas en Jersey City, una ciudad de Nueva Jersey (este) de 262.000 habitantes donde el 41% de la población nació en el extranjero.
“Votación deprimente”
Al menos 27 gobernadores de estados de EEUU se oponen a aceptar más sirios. El asunto adquirió un matiz complejo esta semana cuando una familia seleccionada fue desviada de Indiana a Connecticut.
Sin embargo, el programa de instalación supervisado por el gobierno federal sigue adelante.
“En este momento, el asunto está como es usual”, dijo Mahmoud Mahmoud, director del Servicio Mundial de Iglesias, una agencia local encargada en Jersey City.
El se siente frustrado por el temor creciente. El programa de selección estadounidense es el más riguroso del mundo, tomando en promedio de 12 a 24 meses, con varias agencias federales aprobando a cada persona.
Roustom contó que su familia viajó cuatro horas y media a través del desierto hacia Jordania cuando comprendieron que no podrían sobrevivir en Siria.
“Llegamos a un punto en Siria en que no podíamos conseguir comida. No podíamos conseguir medicinas para los niños”, indicó.
Su hija tenía un año entonces y las tiendas no tenían leche para ella. “Entonces decidimos partir”, señaló.
Hablando en árabe a través de un intérprete, él describió la votación del jueves como “triste” y “deprimente”.
Sus hijos nunca habían visto un parque antes de llegar a Estados Unidos. En el campo de refugiados no tenían juguetes.
Su hijo de siete años, que es autista, recibe tratamiento y educación que nunca habría tenido en Siria.
En su hogar en la ciudad siria de Homs, Roustom era dueño de un supermercado y de un negocio metalúrgico. Ahora cuenta panes, un extraño ascenso.
“Antes de partir, tenía un poco de temor, temor a lo desconocido, temor a empezar mi vida desde cero”, dijo.
“Pero una vez que llegamos encontré todo lo contrario. Tuve una bienvenida asombrosa”, señaló.
Los refugiados en Estados Unidos reciben apoyo solo por 30 a 90 días en su nueva vida. Después deben encargarse ellos mismos.
Se les recoge en el aeropuerto, se les da un apartamento amueblado con donaciones, y se les ayuda a matricular a sus hijos en la escuela y a encontrar un empleo.
Donald Trump, el aspirante republicano a la Casa Blanca, dijo en una entrevista que se emitirá este viernes, que él prohibiría la entrada al país a todos los sirios, cristianos y musulmanes.
Y uno de sus rivales en la interna republicana, el neurocirujano Ben Carson, comparó el jueves a los refugiados sirios con perros rabiosos.
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