Excitan a nivel subliminal, son partes del cuerpo que ellos miran y se sienten atraídos aun sin darse cuenta de ello.
Cuando las mujeres piensan en las zonas erógenas de su cuerpo que ponen locos a los varones no salen de pensar en los senos y la zona bulbar, quizá porque es a donde ellos se dirigen casi siempre, sin ir por más lugares.
Pero existen cinco partes del cuerpo femenino que los erotiza, aun sin que ellos se den cuenta del efecto que les causan. Una de ellas es la cintura.
Ningún hombre es inmune a una breve cintura; por el contrario, todos enloquecen frente a ella. De hecho, no se trata de tenerla grande o pequeña, causa efecto mientras esté definida.
Muchas personas con sobrepeso, con cintura definida, provocan que las volteen a ver. Hoy en día, a las mujeres con este tipo de cuerpo se les dice gordibuenas, es decir, no están en forma pero para los varones están muy buenas.
Sucede que la cintura definida es atrayente para el varón porque le marca la zona de donde puede sujetar a la pareja para mantenerla próxima a él, tan cerca como para penetrarla, ya que muchas de las posturas sexuales se basan en tomarla por la cintura.
Expertos señalan que en el imaginario masculino, tomarla así es un signo de hacerle saber que es “suya”.
Otra de las zonas eróticas de este tipo es el cabello. Una bonita melena es un gancho infalible para atraerlos y seducirlos. No se trata de cabellos largos o despeinados, su efecto va más allá de si se lleva corto o largo, sino de cómo enmarca la cara y de lo que se expresa con ella.
Las cabelleras cortas hablan de mujeres más prácticas y de un arreglo más casual, las largas de mujeres más esmeradas en su arreglo. Una melena estratégicamente despeinada es sexy porque remonta a la imaginación masculina a la cama, una melena sucia y despeinada, por el contrario, les habla de una mujer descuidada.
Jugar con el cabello es un signo de seducción, hacerlo frente a un hombre es invitarlo a pensar e imaginar lo erótico, que él lo toque es una insinuación a dejarlo aproximarse más.
La espalda sí es considerada zona erógena, pero porque la mayoría de las personas son sensibles a las caricias en esta zona. Sin embargo, a los hombres les excita simplemente verla.
Los escotes de espalda pueden ser más sexys que los de los senos, si se saben llevar, ¿la causa? dejan ver una larga extensión de piel. La piel desnuda mostrada en público es una verdadera insinuación sexual, además de un reto erótico, ya que es como decir a todo el mundo “miren mi libertad sexual”.
Sin duda, muchas personas ya conocen el efecto que las caricias tienen en los pies, que bien estimulados pueden llevar hasta el orgasmo, pero no pocos hombres son seducidos a través de estos.
No se trata de tener pies bonitos, sino bien cuidados y calzados con zapatos favorecedores. Ya sea con tacones o flats, unos pies sin callos, con las uñas bien cortadas y cuidadas son puntos que hacen ver mejor a la mujer.
Un ejemplo basta, el vestido de noche más elegante nos hará ver fatales si lo llevamos con tenis. Los pies son como los “accesorios” que nos ayudan a vernos más o menos sexys. Los pies desnudos siempre son eróticos.
Y finalmente las manos. Unas manos bien cuidadas son eróticas porque inconscientemente hace pensar a los hombres en las caricias. Son las que primero se tocan, así que de la sensación que éstas dejen en el varón dependen muchas de las ideas que tendrán de la mujer.
La Tarea Kamasutra
La media carretilla es una de las posturas de El kamasutra que sirve más para prender la pasión y darle vida al juego erótico, que para llegar al orgasmo, sobre todo en la mujer.
Para hacerla, la mujer se coloca en cuatro patas y se apoya de costado en uno de sus antebrazos y sobre la rodilla del mismo lado.
El hombre, por su parte, se arrodilla colocando su pelvis a la misma altura que la de su compañera y la toma con una mano por las nalgas y con la otra por el vientre ya que ella queda con su eje en vertical y él en horizontal.
En esta posición, la penetra y él lleva el movimiento completo de la penetración, pues ella coloca la otra pierna en alto y estirada para permitirle al pene una entrada más fácil y profunda.
Esta postura de la media carretilla resulta agotadora para ella, ya que soporta el peso completo de su cuerpo en sus antebrazos, además de tener que contraer el estómago durante toda la penetración para mantener el equilibrio.
Sin embargo, esta media carretilla ofrece unas sensaciones poco exploradas para la mujer ya que el ángulo de penetración del pene y su acomodo dentro de la vagina, estimulan las paredes de ésta de una manera distinta.
Para el hombre, es una postura en la cual sí puede alcanzar el orgasmo, ya que desde la vista que ofrece puede ver la manera en que su pene penetra y sentir más apretada la vagina.
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