Reynosa, Tam.- Los hechos en los que elementos de las fuerzas federales abusan, hieren y hasta matan a ciudadanos inocentes se han vuelto frecuentes en Reynosa, sin que haya autoridad que los investigue y los sancione, lo que mantiene inconformes a los afectados quienes se quedan esperando justicia.
Cerca de la medianoche del miércoles, integrantes de tres familias, incluyendo niños de 2, 3 y 4 años de edad que viajaban en una camioneta, fueron baleados en el bulevar Hidalgo frente a la Plaza 100, resultando un adulto herido y dos lesionados a consecuencia de golpizas.
El hombre baleado fue identificado como Eliseo Ignacio Silva Vázquez, de 25 años, mientras que los golepados son su hermano Norberto, de 22 años y su primo Gonzalo Sandoval. Junto con ellos viajaban sus esposas y sus tres hijos.
La Policía Federal no ha aclarado porque los policías de la patrulla 13738 balearon a miembros la familia que viajaba en una camioneta Yukon XL y que regresaban a sus hogares ubicados en las colonias Las Cumbres y Las Fuentes.
Este caso se suma a la muerte de cuatro personas ocurridas el 11 de noviembre del año pasado, perpetradas por militares. Hasta la fecha, la Procuraduría General de Justicia del estado no ha consignado a nadie por los hechos.
La tragedia ocurrió en la taquería “El Tope”, cuando los elementos militares perseguían una camioneta de civiles armados y por la velocidad endemoniada se estamparon en un puesto de tacos.
En ese lugar cuatro personas murieron y seis más resultaron gravemente heridas cuando vehículo militar “Sandcat” chocó contra un auto y un puesto de tacos, en la colonia vista Hermosa, luego de un enfrentamiento entre militares y maleantes.
Las víctimas fueron identificadas como Rose Madabi Flores Nieto, de cuatro meses de edad, Jessica Dayana Nieto Hernández de 20 años, Idalia Hernández Pérez, de 41 y René Castro Zurita de 22 años.
El negocio fue hecho pedazos debido al fuerte encontronazo, como resultado fueron cuatro personas muertas y seis lesionadas que fueron auxiliados por socorristas de la cruz Roja.
Bajo las llantas de la pesada unidad blindada del Ejercito Mexicano quedaron el cuerpo de la propietaria del puesto de tacos, su hija, la nieta y el empleado del negocio de comido.
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