La verdad incómoda

Lo conocí en 1998 ó 1999, no recuerdo exactamente el año y en qué circunstancias, pero admito que no me cayó mal porque -por interés absolutamente periodístico y no político-, me uní a un reducido grupo de panistas de Reynosa que viajó a Juriquilla, Querétaro, a un evento oficial de la agrupación Amigos de Fox, entre ellos él.

Con un PAN desahuciado por victorias de un PRI casi inamovible en el poder estatal y municipal, olfateó que un ranchero gobernador de Guanajuato seguramente sería el candidato presidencial en las elecciones del año 2000. Por eso debía encabezar a los Amigos de Fox en Reynosa.

En ese 2000 no tuvo contrincante para disputarle la candidatura de Acción Nacional a diputado federal por el Distrito II. Y se subió a la ola de triunfos que arrastró Vicente Fox Quesada poniendo fin a siete décadas de gobiernos priistas. Su llegada al Congreso de la Unión fue gracias a su oportunismo.

En ese pequeño grupo que llegó a la plaza de toros de Juriquilla, con más años en la lucha panista que él, iba su papá Manuel, conocido como “Meme”, Arnoldo Gárate Chapa y un negociante de aires acondicionados. Nadie más. Allá nos encontramos a Ramón Antonio Sampayo Ortiz, ex alcalde y ex diputado federal de Matamoros, y a su esposa.

Para la causa Amigos de Fox, Zárate Chapa ofreció una parte de su negocio ubicado a orillas del canal Anzaldúas, en la colonia Rodríguez, donde por meses fue colgada una manta de grandes dimensiones.

Su hambre de trascender cobijado por los colores azul y blanco lo pusieron en la boleta electoral al año siguiente (2001), y tras superar a opositores al interior del PAN como Carlos Peña -esposo de la senadora Maki Ortiz-, se registró como candidato a alcalde de esta frontera. Por vez primera supo a qué sabía la derrota, y ni sus Amigos de Fox pudieron ayudarlo.

Vencido por Serapio Cantú Barragán, regresó a su curul humillado, pero vendría la revancha. Para ese entonces ya tenía buena relación con los hijos de la Primera Dama de México, Marta Sahagún, acusados de recibir contratos públicos en Pemex y otras dependencias bajo el amparo de su padrastro el presidente Fox.

En completa secrecía empezó a sostener reuniones de negocios con el entonces gobernador de Tamaulipas, Tomás Yarrington Ruvalcaba, quien desde Palacio de Gobierno en Ciudad Victoria ordenó la derrota de su candidato del PRI, Humberto Valdez Richaud, para hacerlo ganar en las elecciones municipales de 2004.

Era el último año de Yarrington Ruvalcaba en el gobierno del Estado, y parte de su futuro político con aspiraciones presidenciales en 2006 las apostaba a las relaciones que el electo alcalde del PAN de Reynosa tenía con Fox, pero más con sus poderosos hijastros.

También aprendió a colarse y pertenecer a grupos poderosos de Acción Nacional que gobernaban y tenían en sus manos la riqueza de México. Bóvedas llenas de millones de dólares. Igual que el PRI en 70 años, el PAN en12 años no podía ser diferente.

Las elecciones de 2006 estaban próximas y uno de los perfilados era Felipe Calderón Hinojosa a quien, como alcalde, coordinó su campaña presidencial en Reynosa. En esos meses antes de las votaciones, en un cuarto del hotel Holiday Inn Periférico volví a verlo previo a una entrevista con el candidato para Hora Cero.

Pero al año siguiente el poder lo enloqueció y la soberbia lo invadió. Quiso tratar como sus súbditos y esclavos a todos, hasta sus propios familiares; a sus amigos los convirtió en enemigos, y a quienes le ayudaron a salir de la clase media los hizo a un lado. Le estorbaban. Ya tenía nexos en los círculos más cercanos del foxismo y calderonismo.

Por sus mismas carencias económicas, como adolescente tomó el camino delictivo y perteneció a una banda de roba-coches en el área de McAllen, Texas, por lo cual fue detenido y fichado por el Departamento de Policía en 1986. La mayoría de sus amigos, integrantes de ese grupo criminal, pertenecieron al narcotráfico y fueron asesinados uno por uno.

La combinación de ambición y locura lo hizo repetir lo mismo que criticó del PRI: robar del erario cuando fue alcalde; meter a sus hermanos a los negocios de la presidencia y la Comapa; exigir “moches” por contratos públicos, y empezar a acumular una descomunal riqueza ilícita.

Como director de la Corett en el gobierno de Calderón Hinojosa entre 2010 a 2012 tejió una red de tráfico de influencias en la cima del poder, recibiendo millonarios contratos en dólares de la paraestatal Petróleos Mexicanos usando prestanombres, así como de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, construyendo obras para Capufe en varias regiones del país.

A colaboradores fieles los recomendó y colocó en secretarías como Gobernación en tiempos de Juan Camilo Mouriño, muerto en 2008 en un accidente aéreo, perfilado para suceder a Calderón Hinojosa en 2012. Con él también murieron sus aspiraciones de ser candidato a gobernador de Tamaulipas en 2010.

Después de vivir de recién casado en los años 90 en un modesto departamento de la Colonia Doctores, compró una residencia amurallada en una esquina de la Avenida Purificación. Y a la fecha combina sus estancias en la lujosa zona de Bentsen Lake de McAllen, con un departamento en la Ciudad de México en exclusivo sector.

Cuando fue designado por el PAN como candidato a gobernador para las elecciones del 5 de junio de 2016, en Soto la Marina, en un sector rodeado de naturaleza, la música y la fiesta se prolongaron hasta el amanecer.

Motivos para el festejo sobraban durante la noche y la madrugada de enero. De un lacayo que busca ser entronizado como rey de Tamaulipas, pero sus propios súbditos que lo traicionarán se encargarán de cavar su tumba política.

Estas líneas superan la prueba de la objetividad. Y como lo escribí en mi página de Facebook el pasado 5 de febrero:

“No soy un periodista subjetivo, poco ético y poco profesional porque escribo y publico verdades. Y si tengo que arriesgarme a perder lectores, no importa, sumaré otros que no toleran la corrupción de los políticos, que quieren un mejor México para sus hijos, y que vomitan el cinismo y la voracidad de unos pillos que vieron en la política y en el PAN la manera más fácil de tener una descomunal fortuna”.