Londres, Inglaterra.-
Meteoritos ricos en hierro estarían ocultos debajo del hielo en el Antártida, donde desde hace millones de años estarían enterrándose a sí mismos debido a que podrían calentarse lo suficiente para fundir la nieve circundante y hundirse.
La Antártida contiene regiones que se conocen como zonas de varada de meteoritos y algunos de éstos han quedado expuestos en la superficie con el deshielo de los glaciares, sin embargo una nueva investigación sugiere que las rocas metálicas se auto-sepultarían.
Científicos de la Universidad de Manchester, Reino Unido, investigaron el por qué los meteoritos ricos en hierro, ya sea parcial o totalmente de metal, son sorprendentemente escasos en la Antártida en comparación con otras regiones de todo el mundo.
Llevaron a cabo experimentos de laboratorio con dos clases de meteoritos, uno de condrita ordinaria y otro de hierro Achondritic, colocándolos en un bloque de hielo cerrado y sometiéndolos a la radiación de una lámpara solar por encima de la helada superficie.
Ambas muestras, de geometría casi alargada-esferoidal, con eje de simetría horizontal, diámetro de 15 milímetros y anchura de 10 milímetros, mostraron ser capaces de calentarse suficientemente para fundir el hielo circundante y hundirse.
La velocidad media de hundimiento del meteorito de hierro fue de aproximadamente 2.4 milímetros por hora, notablemente superior a la de la muestra de condrita que lo hizo a 1.5 milímetros por hora, debido a que el metal conduce el calor de manera más eficiente.
A continuación elaboraron un modelo matemático de balance energético para saber lo que ocurría en diferentes situaciones físicas y climáticas, y encontraron que la luz del Sol sería suficiente para calentar las rocas ricas en hierro.
Ese calentamiento del meteorito metálico propicia que el hielo que lo rodea se derrita y la roca se hunda, proceso que es mucho más intenso durante los largos días del verano que en el resto del año, afirman los investigadores británicos.
Las rocas metálicas estarían enterrándose a sí mismas cada vez más por la fusión del hielo cuando los rayos solares las calientan, mientras que los meteoritos como los de condrita, simplemente quedan expuestos con el deshielo del glaciar.
La doctora Katherine Joy, de la Universidad de Manchester y co-autora del la investigación publicada en la revista Nature Communications, asegura que este estudio propone una hipótesis, pero que buscarán meteoritos ricos en hierro en la Antártida para probarla.
“Pensamos que (los meteoritos metálicos) nunca llegan a la superficie, están atrapados para siempre debajo del hielo”, explica la doctora Joy.
De todos los meteoritos recogidos en la Antártida, hasta ahora sólo un puñado ha sido sacado de debajo del hielo, pues la mayoría se encuentra superficialmente, por lo que los científicos habrán de utilizar radares y detectores de metales.
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