Cd. de México.-
En un momento de enojo, el abogado Vidulfo Rosales Sierra se refiere a los padres de los 43 normalistas desaparecidos desde hace año y medio como “pinches indios piojosos”, que se niegan a cargar sus cobijas y a recoger sus platos cuando están de gira, por lo que descalifica la actitud de quienes deberían ser “el ejemplo de la lucha en el país” y lamenta que se conduzcan de esa forma, en una conversación que sostuvo aparentemente con su esposa.
Vía telefónica, EL UNIVERSAL consultó a Rosales Sierra sobre el contenido de la grabación que se difunde en Facebook y él rechazó categóricamente que se haya referido a los padres de los 43 normalistas de forma despectiva, incluso en una llamada íntima con algún integrante de su familia. Acusó al gobierno federal de difundir esta información a través de los medios oficiales, con la intención de dañar el movimiento.
En la grabación, el defensor de los padres de los normalistas de Ayoztinapa suelta sus quejas durante la conversación telefónica con una mujer, que es identificada como su esposa, en un video difundido a través de una cuenta de Facebook que fue creada el 26 de diciembre de 2014.
Rosales Sierra pertenece al Centro de Derechos Humanos de La Montaña Tlachinollan, organización no gubernamental que se especializa en la defensa de grupos indígenas que habitan en las regiones serranas de Guerrero. El director del Centro, Abel Barrera, fue reconocido el pasado 24 de febrero con el Premio por la Igualdad y la No Discriminación 2015 que entrega el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
Uno de sus casos emblemáticos fue la defensa de las indígenas Inés y Valentina, quienes sufrieron abuso sexual por parte de militares mexicanos. La causa de los normalistas desaparecidos es otro de sus casos relevantes. Desde el año 2011, cuando dos normalistas murieron tras un enfrentamiento con fuerzas policiacas, el Centro Tlachinollan asumió la defensa de los estudiantes con Vidulfo a la cabeza.
Sin embargo, las expresiones del abogado no demuestran empatía por sus representados en algunos momentos. En la conversación telefónica que sostiene con una mujer que se identifica como su esposa, Rosales Sierra alude a las molestias que enfrenta al acompañar a los padres de los 43 normalistas desaparecidos durante una visita al estado de Oaxaca y de su imposibilidad de ir de compras “para no dar el mal ejemplo”.
En su charla relata que durante los recorridos por el interior del país no hay momentos para pasear, todo el tiempo se va en marchas y reuniones con las organizaciones solidarias como el Sindicato de Telefonistas de la República Mexicana (STRM).
Se suelta poco a poco, hasta que toma confianza y lanza sus quejas utilizando expresiones como: “Quiero pasar al baño, pero es un lío porque los padres están haciendo una pinche fila interminable”.
“¿Y dónde estás?”, pregunta la voz de mujer.
“No sé por qué a todos se les da que se quieran bañar, en un pinche frío que hace y todo, pinche bola de indios”, prosigue el abogado ignorando la pregunta. “Pues sí, yo creo que todo llega a un límite, ¿no?”, opina la mujer.
Tras reconocer su molestia, Vidulfo también se queja de la poca caballerosidad de los padres de los normalistas con las madres que acompañan las giras buscando a sus hijos. “No mames, también no sabes qué pinche molesto. Y luego hay unos padres medios ojetes; van subiendo las madres, o sea, van subiendo las madres de familia, este, no es para que dejen que ellas suban, no, ellos primero se suben, ellos primero se forman, ¿ajá? No ven que hay unas madres grandes…”, señala hasta que le cortan la frase.
La mujer que conversa con Vidulfo lo interrumpe por unos segundos, pero él finalmente termina por manifestar todo su enojo: “Pinches indios piojosos.. Y ahí ando como si fuera un papá regañanado escuincles, pero, bueno, ahí vamos, ¿no?”.
La molestia continúa más adelante por actividades que, a su juicio, no le corresponden como defensor legal de los padres de los 43 normalistas desaparecidos. “Conseguimos las cobijas, vinieron a dejar las cobijas, ahí estamos bajando las cobijas, o sea, yo como abogado tengo que estar bajando las cobijas, pero ‘a ver, padre, échenos la mano aquí’. Ahí están sentados los padres, nomás se quedan viendo, ¿no?, y ni siquiera quieren sus cobijas, no mames, se pasan ya de gaver (sic) también, o sea, ¡me da un puto pinche coraje, güey!”.
Durante la charla lamenta que los padres de los normalistas desaparecidos “no levanten un plato” y que sólo quieran que los apapachen. “Ya mero quieren que sus platos se los lleven ahí donde están sentaditos, o sea, se acostumbraron a que todos los apapachen, a que todo el mundo les lleva las cosas a donde están. ¡Qué chingones! Ya mero quieren que uno les haga la tarea. Según son el ejemplo de la lucha en el país y ve cómo están haciendo esas mamadas”, concluye.
“No reconozco la grabación”. Sobre el contenido de esta conversación tomada del video que se difunde en Facebook, Rosales Sierra indicó: “No recuerdo una llamada en esos términos, en modo alguno yo he hecho esas referencias. Necesitaría escuchar el audio, pero yo de entrada niego esas expresiones, en ningún momento me referí a ellos de esa forma”.
Agregó que tanto él como su esposa admiran a los padres que conforman el movimiento y la causa que defienden, por lo que acusó al gobierno federal y al Estado mexicano de estar atrás de las intervenciones telefónicas, de la edición de los videos y de la invención de audios, con el propósito de dividir y hacer pelear a los padres con Tlachinollan.
“Los grupos criminales tienen dinero, pero no tienen la tecnología para hacer este tipo de intervenciones a los teléfonos, para estar escuchando todo el tiempo lo que estamos diciendo, lo que estamos hablando, y con este audio que señalas se sigue buscando la forma de hacer una llamada que nos comprometa, se inventan llamadas que no hicimos”, afirmó el abogado.
“Existe una intención de confrontarnos con los padres, de dividirlos, y yo veo que esto viene del gobierno, el Estado es el que tiene los medios para hacer estos materiales y para difundirlos con apoyo de los medios oficiales, no creo que sean Los Rojos”, sentenció.
Dijo que si bien pueden darse diferencias en el movimiento, éstas se resuelven de forma íntima en el interior de las asambleas, destacando que los señalamientos que se le han hecho han sido por “ser blando y por no ser tan firme” en el reclamo de que aparezcan los 43 estudiantes normalistas.
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