Quiero que sepas que no leo tus comentarios. Así que evita escribir tu inconformidad y malestar de vivir en un Estado que ha merecido tener los gobernantes que tuvo, tiene y tendrá, despotricando en mi contra.
Pero te pido que dediques unos minutos y cuenta hasta diez antes de desahogarte en el espacio que Facebook destinó a comentarios.
Faltan poco más de cinco semanas para las elecciones en Tamaulipas, una región del país castigada por la violencia del narco, donde los menos culpables han sido los ciudadanos -ajenos al tráfico de drogas y a la política-, con un número de muertos, heridos, secuestrados y desaparecidos que las fuerzas federales se han negado a admitir sus cifras reales.
Respira hondo. No soy ni milito en el PRI ni trago del PRI. Como tampoco soy ni milito ni trago el PAN, ni en otro partido político. Jamás he andado pegando calcas ni apoyando a candidatos con banderines en mano.
Y si alguna vez pisé esos terrenos fue en 2000 cuando celebré unos minutos la victoria de Vicente Fox Quesada en la plaza principal de Reynosa, Tamaulipas, donde también celebraba su triunfo como diputado federal Francisco García Cabeza de Vaca, como muchos que subieron a la ola del foxismo.
Como mexicano me emocionó ser testigo de un suceso que millones de mexicanos nos íbamos a morir sin ver: el fin de 70 años del PRI en el poder.
Seis años después, decepcionado de Fox que quiso prolongar su presidencia a través de su esposa Martha Sahagún, creí en que Andrés Manuel López Obrador llevaría por fin a la izquierda a entrar a Palacio Nacional.
Fui dos veces al Zócalo con mis propios recursos porque confiaba en que México, envuelto en la violencia por la guerra del narcotráfico con los primeros miles de muertos, podría tener un mandatario que viajaba en un modesto Tsuru y era idolatrado por los habitantes del Distrito Federal donde fue jefe de gobierno.
¿Qué de malo tiene un periodista apoyar o desilusionarse de un partido, de un candidato o de un gobernante? Nada de malo, porque somos mexicanos libres de decir y escribir siempre apegados a la verdad, aunque sea incómoda.
Cierto, también en México en las últimas décadas han muerto muchos periodistas por ser incómodos al narcotráfico y a la clase gobernante como Manuel Buendía, asesinado en los peores años de sumisión del periodismo ante el PRI de los años sesenta, setenta y ochenta.
Volviendo, salvo esas dos ocasiones con Fox en 2000 y López Obrador en 2006, no me aparezco ni en tomas de protestas ni informes de gobierno. Y las invitaciones que me llegan se quedan sobre mi escritorio en Hora Cero en Reynosa o Monterrey. He asistido en contadísimas ocasiones. En eso soy coherente sobre lo que opino de los políticos de cualquier color.
La última vez que conviví con la clase gobernante de Tamaulipas fue en los funerales de Rodolfo Torre Cantú en 2010. Y en junio del año pasado cuando asistí a la Macroplaza, como reportero no como directivo, para ser testigo del histórico festejo del primer gobernador sin partido político en México: “El Bronco”.
Por eso cuando me dicen de tantos descalificativos que como comentarios se escriben en mis vídeos publicados en la página de Facebook de Hora Cero Web, no me resta mas que reírme y adivinar su sentido: que estoy a sueldo del PRI, que cobro en gobierno, que me paga Baltazar, Egidio y Pepe Elías, que si gana el PAN se acabará la chiche, y que soy una lacra y un seudoperiodista.
Eso sí, me molestan los comentarios basura, ofensivos y difamatorios en mi persona y contra mi familia.
Quienes me conocen como periodista desde hace 32 años saben quién soy y que tengo quizá más defectos que virtudes. Pero que jamás escribo u opino alejando de la verdad. No me lo permitiría mi formación universitaria y estaría ofendiendo a mis grandes maestros de la UANL.
Cuando en 1998 llegué a Reynosa a ayudar al crecimiento de Hora Cero, me sorprendió en nivel de corrupción y el matrimonio políticos-reporteros. Porque no hay que confundir: periodistas habemos muy pocos en Tamaulipas.
Exactamente, esta categoría y este nivel no lo tienen quienes, primero, jamás han pisado una aula universitaria como estudiantes o catedráticos, como orgullosamente puedo compartir y presumir. Y, segundo, no son periodistas ni merecen ostentar ese título quienes han ayudado a que Tamaulipas ocupe los primeros lugares a nivel nacional de corrupción.
En estos tiempos cuando las redes sociales son como cloacas, resumideros, coladeras, alcantarillas o drenaje de toda clase de desahogos y frustraciones, entendí que una publicación en Facebook puede o no ser del agrado generalizado de amigos y desconocidos.
Menos espero aplausos, vítores y una lluvia de “likes”. Escribo constantemente porque vivo del periodismo, porque amo inmensamente mi profesión. Y porque las teclas de las máquinas Remignton, en mis inicios en 1984, así como de mi MacBook Pro en los tiempos actuales, me inspiran, son mis aliadas.
Tu, cuando descargas todo tu desahogo en mi contra porque crees que ofendo a Cabeza de Vaca y a tu PAN, lee bien cuando escribo que el PRI bien ganada tiene su fama de partido corrupto durante décadas.
En mis editoriales también he criticado al PRD, al Partido Verde y últimamente al PT a quien Hora Cero descubrió en Nuevo León desvíos por 190 millones de pesos. De un partido que es hijastro de Carlos Salinas de Gortari y cuyos eternos dueños han succionado miles de millones pesos del erario.
No es solamente la postura crítica contra el PAN, la mía en lo personal como periodista y columnista. Soy un convencido que México un día tendrá un presidente independiente. Claro, no Pedro Ferriz de Con, quien “pendejeó” el lunes 18 de abril a un estudiante universitario en un foro político, donde cavó su tumba.
Como un millón de electores de Nuevo León que votaron por “El Bronco”, espero que en 2018 decenas de millones de electores ayuden a llegar a un verdadero ciudadano a Los Pinos para terminar con tantas mentiras y vicios de la clase política actual.
Mentiras que envenenan la mente de mexicanos, en su mayoría jóvenes internautas de Facebook que escriben en un afán protagónico, prueba de que ese drenaje en que se han convertido las redes sociales pudren todavía más su mente.
Insisto, quienes no comulguen con mis opiniones, escriban en otras páginas o perfiles porque no los voy a leer. Al menos que aquellos que realmente existen y no tengan una cuenta falsa, formen parte del equipo de respuesta rápida contra Hora Cero de un candidato.
Porque antes de justificar un salario para denostarme, quiero que sepas seguramente algo que ignoras sobre la actitud hostil, difamatoria y amenazante en contra de Hora Cero del candidato a gobernador del PAN en Tamaulipas.
Francisco García Cabeza de Vaca fue el primero en inventar una historia en su calenturienta mente en 2007, cuando afirmó que quien escribe y el dueño de Hora Cero, Heriberto Deándar Robinson, éramos narcotraficantes y parte de un grupo delincuencia dedicado al chantaje y la extorsión. Y si tenía las pruebas nunca nos denunció ante las autoridades.
Esas mismas mentiras las vino repitiendo hasta la fecha con resultados favorables para él, porque miles de tamaulipecos se han creído esa versión. Se ha hecho un mártir y el ofendido; se rodeó de cómplices y se deshizo de gente buena del PAN que los quiso humillar y arrodillar frente a él. Y lo mas lamentable: tiene posibilidades de ganar.
¿Qué me hizo escribir estas líneas? La hipocresía en palabras de Maki Ortiz, la candidata del PAN a la alcaldía de Reynosa, quien dirigió una carta al presidente Peña Nieto relatando una balacera cuando andaba en campaña y que puso en peligro su vida y de sus brigadistas.
Doctora, quiero que sepas que yo, mi esposa y mi hijo recién nacido, y mas de cien empleados de Hora Cero y sus familias que no tenemos el privilegio de vivir en McAllen o en la Ciudad de México -como otros candidatos actuales del PAN y PRI-, hemos arriesgado mas que tú durante casi seis años.
Como también la casi la entera población de Reynosa -la mayoría que no tiene visa ni casas lujosas en el Valle de Texas-, te podemos contar lo que hemos padecido: la violencia que empezó con Fox y Calderón, sin tregua con Peña Nieto.
A las personas que se ofenden de mis videos y mis publicaciones, mas se deben de ofender de quienes se hacen las víctimas a cambio de votos, sin distinción de color, porque el 99 de los políticos son iguales y aborrecidos.
Saldrán del poder inmensamente millonarios: burlarán a la justicia y serán cómplices de sus sucesores; irán cada domingo a la iglesia a que les perdonen sus pecados….y seguiremos siendo sus pobres pendejos.
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