César Nava vino este sábado y se fue. El casi, casi dirigente nacional del PAN, de 35 años, 21 de los cuales los ha pasado siendo miembro de este partido político, está tan alejado de la realidad que vive en un país de cuento.
En una oficina del PAN tamaulipeco adornada con varias fotografías de Manuel “Maquío” Clouthier, dijo que fomentará la unidad dentro del blanquiazul.
Seguro que si Maquío viviera y viera en qué han convertido su partido se volvería a morir.
Bien dicen: dale poder a un hombre y lo conocerás.
Mientras el PAN se mantuvo como oposición del PRI, había más o menos unidad. Ahora que tienen la presidencia de la República y con ella, el presupuesto de la Nación, afloró la verdadera personalidad panista; el pleito entre ellos es por el dinero que está en juego y por las posiciones políticas, y además si antes eran elitistas, hoy lo son más.
Nava en su visita a la capital del Estado mostró por qué los panistas nunca serán pueblo.
Porque simplemente no lo entienden, sus existencias están tan alejadas de lo que vive la población común, las camionetotas de reciente modelo donde se traslada muestran el nivel socieconómico de la gente que lo rodea.
Ellos qué saben de carencias, ni saben, ni les interesa.
Imagínese si desconoce la realidad, dijo durante su rueda de prensa que Felipe Calderón, su benefactor, pasará a la historia como el presidente que combatió al narco y sacó al país de la peor crisis económica.
Se nota que Nava desconoce que México desde hace décadas vive “su peor crisis económica de la historia”.
Y respecto al combate a los narcotraficantes, Nava no agregó el precio tan alto que ha pagado la población civil en muertos y afectaciones a la economía de las ciudades donde se libran las batallas, de eso no se acordó cuando elogió a su jefe.
En el caso de Nava, hombre menudo, de incipiente calvicie, que aparenta más de los 35 años que dice tener, tiene ante sí un problemón: Unificar a los panistas.
Y para no irnos al panorama nacional, quedémonos en Tamaulipas.
Durante su rueda de prensa tenía a su derecha a Francisco Javier Cabeza de Vaca, que durante todo el tiempo se mantuvo sonriendo, especialmente cuando Nava hablaba de unidad, tanto sonreía que estuvimos a punto de preguntarle al aspirante a dirigente nacional, de qué se ríe Cabeza de Vaca.
¿Se reiría de los malos resultados que presentó el dirigente estatal el pasado 5 de julio? ¿De lo desconocida que resulta la senadora Lázara Nelly, quien parece un clon de la diputada federal electa, Leticia Salazar?
¿Del desaire que le hizo César Nava al ex candidato a la diputación por el Quinto Distrito, Oscar Torre, a quien ni siquiera saludó al llegar, pese a la sonrisota que mostraba esperando que le extendiera la mano para estrechársela?
¿De lo que dijo Nava, de que la decisión de quién será candidato a la gubernatura y demás posiciones políticas se tomará en Tamaulipas y no en un escritorio en la Ciudad de México?
¿De que el PAN pugnará en la próxima legislatura por reducir el número de senadores y diputados y que haya reelección de legisladores y alcaldes?
Mire estimado lector y lectora, lo que vimos en la rueda de prensa es que a Felipe Calderón se le acabaron sus hombres de confianza, no tiene de quién echar mano y designó a César Nava para dirigir su partido, pero dudo que el también michoacano logre poner orden e imponerse a los viejos panistas que han sido hechos a un lado por su presidente.
Ernesto Rufo Appel ya levantó la cabeza, seguro que detrás de él vienen otros panistas desairados y resentidos, y si pierde el PAN la presidencia de la República en 2012 no será gracias al trabajo de los priistas, sino a sus propios correligionarios que no supieron administrar el poder y efectuar el cambio que tanto pregonaron.
LA APUESTA
Las apuestas se inclinan a que la elección para elegir nuevo gobernador tamaulipeco será en julio y no en noviembre como es el sueño de Geño. Es muy posible que hoy la Suprema Corte de Justicia dé su veredicto.
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