México, D.F.-
México es el onceavo país más poblado del mundo, al contar en 2013 con una población que habita en el país estimada en 118.4 millones de personas, informó el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Con motivo del Día Mundial de la Población, a celebrarse este 11 de julio, precisó que en 2013, los países más poblados del mundo son China, India, Estados Unidos, Indonesia, Brasil y Pakistán y juntos concentran la mitad de la población mundial (50.1 por ciento).
Destacó que en 2013 el monto estimado de la población mundial ascendió a 7.2 mil millones de personas y la mayor parte (82.5 por ciento) se concentró en las regiones menos desarrolladas del mundo.
En un comunicado precisó que la tasa global de fecundidad en el mundo bajó de 3.04 hijos por mujer en 1990-1995, a 2.53 hijos por mujer en el quinquenio 2005-2010, mientras que la esperanza de vida a nivel mundial se ubicó en 68.7 años en 2010.
El organismo comentó que al igual que en otras regiones del mundo, en México en las últimas décadas el nivel de sobrevivencia ha aumentado, mientras que el nivel de fecundidad ha disminuido.
De acuerdo con el Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE), México junto con otros países latinoamericanos como Argentina, Uruguay, Chile, Costa Rica, Colombia y Brasil, se encuentran en una transición demográfica avanzada.
Ésta, indicó, se caracteriza por bajas tasas de fecundidad (menores de 2.5 y mayores de 1.5 hijos por mujer) y niveles de mortalidad considerados como “bajos” e “intermedios” que los coloca con una esperanza de vida igual o mayor a los 71 años.
Así, de acuerdo con información desprendida de las proyecciones que realiza el Consejo Nacional de Población (Conapo), esta situación se reafirma, ya que en 2013 la tasa global de fecundidad en México fue de 2.2 hijos por mujer, mientras que la esperanza de vida aumentó 74.5 años.
Subrayó que la reducción de la fecundidad se da en un contexto en el que la población aumentó su escolaridad media y la población femenina tuvo una mayor participación en la vida económica, social y política del país.
Al mismo tiempo, los programas de planificación familiar fueron un soporte importante para que la población planeara de mejor manera su vida sexual y reproductiva, mencionó el INEGI.
Actualmente, uno de los desafíos a nivel mundial es aumentar la cobertura de los servicios de salud reproductiva, para que un mayor número de mujeres, sobre todo adolescentes, puedan planificar de mejor manera sus pautas reproductivas.
En México, datos de la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2009, revelan que sólo 54.9 por ciento de las adolescentes sexualmente activas (es decir, que tuvieron relaciones sexuales en el último mes) usaron métodos de control natal.
Otro indicador que da muestra de este contexto, es la demanda insatisfecha; es decir, mujeres unidas que están expuestas a un embarazo y no hacen uso de ningún método de control natal a pesar de su deseo expreso de querer limitar o espaciar su descendencia.
Datos de la ENADID 2009 indican que 27.8 por ciento de las adolescentes embarazadas al momento de la entrevista, no planearon su embarazo y 12.8 por ciento declaró no desearlo.
Consideró importante proteger los derechos reproductivos de las adolescentes, y en general, todos aquellos derechos que mejoren su desarrollo individual, ya que esto reditúa en beneficios sociales.
Por otra parte, informó que en 2012, las cuatro principales causas de muerte entre los mexicanos fueron: diabetes mellitus (14.1 por ciento), enfermedades isquémicas del corazón (12.3 por ciento), enfermedades del hígado (5.5 por ciento) y enfermedades cerebrovasculares (5.3 por ciento).
Dichas enfermedades están clasificadas como crónico degenerativas, y que en conjunto concentran 37.2 por ciento del total de defunciones.
De acuerdo con los avances de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), entre 1990 y 2011 “la razón de mortalidad materna se redujo en 51.5 por ciento, al pasar de 88.7 a 43 muertes por cada 100 mil nacidos vivos. Esto representa un avance de 68.7 por ciento con respecto a la meta comprometida al 2015.”
Respecto a la mortalidad infantil, agregó, el mismo informe señala una reducción significativa entre 1990 y 2011, al pasar de una tasa de 32.5 a 13.7 defunciones de niños menores de un año por cada mil nacidos vivos; la meta en 2015 es llegar a una tasa de 10.8 por cada mil.
El INEGI expuso que la reducción de la fecundidad y el aumento paulatino de la esperanza de vida han provocado cambios importantes en la estructura por edad de la población.
En 2013, la base piramidal fue más angosta lo que se manifiesta en una proporción de niños y jóvenes menor a la de 1990: en el primer grupo (niños menores de 15 años) la participación porcentual pasa de 38.3 a 28.4 por ciento, en tanto que la de jóvenes (15 a 29 años), disminuye de 29.4 a 26.4 por ciento.
A su vez, el porcentaje de la población de 30 a 59 años aumenta de 25.5 a 35.7 por ciento, mientras que la de 60 y más años pasa de 6.2 a 9.5 por ciento, abundó el Instituto.
Conforme a las proyecciones de población que realiza el Conapo, el incremento relativo de la población de 60 y más años en México, continuará aumentando hasta representar 14.8 por ciento de la población total en 2030 y 21.5 por ciento en 2050.
Precisó que el envejecimiento demográfico en México aún no muestra la magnitud observada en regiones más desarrolladas, pero en las próximas décadas tenderá a tomar fuerza gradualmente, lo que invita a reflexionar y a diseñar políticas públicas que mejoren la calidad de vida de la población que transita o transitará por esta etapa de vida.
Especialistas en la materia argumentan que “el envejecimiento demográfico se convierte en un problema social cuando va acompañado de pobreza, enfermedad, discapacidad y aislamiento social.”
De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en 2012, de la población de 60 y más años, 43.2 por ciento padece pobreza multidimensional.
Es decir, explicó, carencia de al menos uno de sus derechos relacionados con el desarrollo social, y además sus ingresos son insuficientes para adquirir los bienes y servicios que requiere para satisfacer sus necesidades.
Las transformaciones en la estructura por edad conllevan a una coyuntura demográfica denominada bono demográfico, en el que aumenta el peso relativo de las personas en edades productivas y disminuye el de las personas en edades inactivas.
De acuerdo con las proyecciones de población que realiza el Conapo, la relación de dependencia seguirá disminuyendo hasta el año 2021, en que alcanzará su momento cúspide, añadió.
Discussion about this post