Ciudad del Vaticano.-
El Papa Francisco cumplió hoy la segunda jornada de una serie de reuniones que serán claves para definir el futuro del Instituto para las Obras de Religión (IOR), conocido como “banco vaticano”, cuyo presidente podría renunciar en breve.
Según el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, el Papa analizó “a profundidad” con el grupo de cardenales que lo asesora la cuestión del IOR, en una sesión de trabajo que inició la víspera y se extenderá hasta el viernes próximo.
El grupo de trabajo es conocido como “C-8”, pues está compuesto por ocho purpurados de diversas partes del mundo, aunque -dijo Lombardi- a partir de ahora se llamará “C-9” por la incorporación del “número dos” del Vaticano, el secretario de Estado, Pietro Parolin.
“El IOR se encuentra en un momento de transición y de desarrollo natural y sereno. La contribución de su presidente Ernst von Freyberg sigue siendo profundamente apreciada y valorada”, aseveró el portavoz.
No obstante, agregó que “son posibles posteriores aclaraciones, que tendrían lugar la próxima semana después de la reunión del Consejo de Economía que se celebrará el próximo sábado”.
Las declaraciones de Lombardi se dieron luego de una serie de versiones periodísticas acerca de que Von Freyberg estaría a punto de dejar la Presidencia del Consejo de Administración del “banco vaticano”, que se encamina a una reforma profunda.
Lombardi no desmintió las versiones, más bien dejó en suspenso la suerte del presidente que, según fuentes consultadas por Notimex, está muy cerca de dejar el puesto para permitir un cambio a profundidad.
Según el vocero del Vaticano, todo estará condicionado a una reunión del Consejo de Economía, el nuevo organismo creado hace unos meses por el Papa y que se está haciendo cargo de coordinar todas las estructuras administrativo-financieras del pequeño Estado.
El secretario de Economía del Vaticano, responsable de poner en práctica los dictados del Consejo, es el cardenal australiano George Pell, quien ha mantenido una postura crítica sobre el funcionamiento del IOR y se ha empeñado en una operación de limpieza interna.
Pell, de hecho, forma parte del “C-9” y es uno de los personajes de confianza del Papa. Gracias a su trabajo se acelerará la transformación del “banco vaticano”, un organismo que quiere dejar definitivamente las turbulencias y los escándalos del pasado.
Francisco ya comunicó su voluntad de mantener en funcionamiento al IOR, pero puso como condición que sea un instituto honesto y transparente.
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