Cd. de México.-
El servicio social entre los estudiantes universitarios es un mecanismo de utilidad que debe fortalecerse, puesto que además de ser una forma de entrenamiento, ayuda a disminuir la desigualdad, señaló el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers.
En la ceremonia del 80 Aniversario del Servicio Social Médico en la cual también participó José Narro Robles, su antecesor inmediato y actual secretario de Salud, el rector Graue Wiechers aseguró que el servicio social es el puente más eficiente de vinculación de la universidad con la sociedad, y una herramienta para conectar la formación universitaria con las necesidades sociales.
“Tiene propósitos bien definidos que deben fortalecerse: es y debe ser un mecanismo de utilidad para disminuir la desigualdad; es una forma de entrenamiento donde el alumno se enfrenta con situaciones reales en las que debe aplicar los conocimientos, además de tener la virtud de confirmar vocaciones y reforzar valores como la solidaridad, la conciencia social y la empatía con los desfavorecidos”, señaló en su discurso.
En la antigua Escuela de Medicina, el ex rector y hoy secretario de Salud, José Narro Robles, comprometió a la dependencia federal a plantear una nueva propuesta para incrementar los montos de las becas que reciben los internos y pasantes en servicio social ya que este “es indispensable”.
“Tenemos que hacer un esfuerzo; las condiciones económicas son muy complicadas desde el punto de vista financiero, pero tenemos que apoyar. Yo establezco un compromiso claro, estamos próximos a plantear una nueva propuesta para incrementar el monto de la beca de los internos de pregrado y los pasantes en servicio social, porque es indispensable”, indicó.
El servicio social se instauró en México en 1936 cuando el país atravesaba por una escasez de médicos en zonas rurales; en esos momentos el entonces director de la Facultad de Medicina, Gustavo Baz Prada, propuso que los estudiantes que terminaran la carrera acudieran a dar atención a las comunidades marginadas.
El proyecto, en convenio con el Departamento de Salud Pública, fue tan exitoso que en 1942 el servicio social se hizo obligatorio para todas las carreras universitarias.
De los 248 pasantes que comenzaron esta práctica el número se ha incrementado a casi 600 mil estudiantes que realizaron su servicio social el año pasado en todo el país; de ellos, 28 mil fueron de la UNAM.