Cd. de México.-
Especialistas extranjeros en evaluación de la educación coincidieron en que es necesario diagnosticar a los profesores para detectar las deficiencias y mejorar, pero en casos como México, donde hay zonas pobres o marginadas, se debe capacitar a los maestros con los mejores docentes de las regiones más favorecidas para que impulsen a los niños a superarse y pensar que pueden tener un mejor futuro.
“La evaluación tiene distintas funciones, una de ellas es para ver si quieres probar a las personas, si son aptas para desarrollar sus funciones, conocer cómo están haciendo su trabajo y qué saben, para ver cómo pueden mejorar”, aseguró en entrevista D.C. Philips, profesor emérito de la Universidad de Stanford.
El especialista mencionó que es complicado para un extranjero venir a México y comprender cómo se desarrolla la evaluación educativa porque es una sociedad complicada con una fuerza magisterial muy grande.
“No creo que la evaluación por examen sea tan importante, es más importante que tengan control de lo que están enseñando, sería mejor ver cómo están trabajando, cómo están haciendo las cosas y cómo sugerirles qué otras cosas pueden hacer, que puedan ayudar a los estudiantes y ver si los alumnos están aprendiendo.
“La evaluación debería tener retroalimentación directa para ver qué se puede mejorar y tener una interacción entre profesionales para que se les diga cómo pueden mejorar”, sugirió.
Al terminar el simposio convocado por el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), el Departamento de Investigaciones Educativas y el International Academy of Education, insistió en que es importante la evaluación en papel, pero debe tener mayor peso la que se realiza en el salón de clases para observar cómo se enseña y se desempeña el maestro.
Ideas de calidad. “Los alumnos deberían estar expuestos a una mayor cantidad de ideas de calidad, justicia, esa es una forma de mejorar y tal vez no deberíamos enfatizar las conductas sociales o preguntarnos qué necesita una persona para ser exitosa o qué es una persona exitosa, y después de ver en la práctica qué es lo que deben saber, y construir un currículum alrededor de eso, de esas partes del conocimiento y qué se necesita para ser exitoso”, dijo William Schubert, experto en evaluación desde contextos curriculares.
“Otra parte es la experimentalista, desde donde se saca la experiencia del niño, ideas sobre las que se construye el conocimiento, como ‘El Principito’ (novela de Antoine de Saint-Exupéry), y hay una visión crítica que dice que deberíamos intentar crear un mundo mejor desde los distintos problemas a los que la desigualdad presenta, y trabajar desde la educación con ellos”.
En entrevista, el experto destacó que hay que tener en mente que los alumnos vienen de diferentes contextos y experiencias, por lo que es difícil saber qué pasa por su cabeza ante una misma situación.
“Un maestro debería autoevaluarse, esa debería ser la primera prioridad para que puedan recibir las respuestas de los maestros. Debería haber evaluadores externos que conocieran al maestro y su contexto, pero cuesta mucho hacer eso. Necesitas tener un evaluador en cada salón, que conociera la clase y el contexto, porque tal vez al principio pensaría que (el maestro) lo hace mal, pero viendo cómo interactúa tal vez cambie su opinión, porque hay tantas variables que una evaluación barata no te da esos valores”, consideró.