Cd. de México.-
“Fuera Osorio”, gritaba el Azteca. “Fuera Osorio”, lloraba la afición mexicana. Porque a pesar de que la Selección Mexicana de fútbol terminó como primer lugar de su grupo en la eliminatoria mundialista, se ha perdido la confianza en el colombiano.
Empate a cero goles que califica al Tri y a Honduras al Hexagonal Final. Empate a cero que tambalea aún más el proceso del técnico y que preocupa de cara a lo que viene.
Juan Carlos Osorio dijo que este juego serviría para que la confianza en el equipo regresara, y no, se perdió aún más. México jugó a nada, extrañó de más a los ausentes, a un centro delantero nominal y más que nada a un técnico que sepa qué hacer en la cancha, y no se quede sólo en el discurso poético.
La derrota de 7-0 en Copa América aún pesa demasiado. El equipo no se ha recuperado de esa goleada y el técnico menos. El empate a cero, ante una selección de Honduras que ofreció sólo resistencia defensiva evidencia lo que ya no se puede ocultar.
Una auténtica muralla blanquiazul fue la que presentó Honduras apenas sonó el silbatazo que dio inicio al juego en el estadio Azteca. Muralla que tenía sólo una intención: No recibir gol.
El equipo de Juan Carlos Osorio lució falto de ideas en un inicio. Metiendo hasta cinco hombres al frente, pero todos ellos marcados por los cinco al fondo puestos por los catrachos.
Y para acabarla, el de Monterrey, Alberth Elis, hacía sufrir con su velocidad a Diego Reyes y Hugo Ayala.
México intentaba imponerse, comenzar a armar jugadas, más la endeble contención, formada por un Reyes fuera de ritmo y forma, era una avenida para los hondureños, que en 20 minutos ya habían generado cinco tiros de esquina a favor.
Aunque el Tri ganó metros en el campo, perdió todos los intentos por generar ofensiva. Andrés Guardado no daba un pase al pie y Héctor Herrera volvía a su estilo cansino, flotando en la cancha, en tanto que a Ángel Zaldívar le quedaba muy grande el “14” que llevaba en la espalda.