Aunque en estos días miles o quizá millones de mexicanos quieran disimularlo, hay una generación de aficionados al futbol en el país que este domingo 28 de junio, durante el juego de octavos de final entre la Selección Nacional contra Holanda, una parte de su corazón pintará de color naranja.
Al campeonato de Alemania 1974 México no clasificó al ser eliminado en el premundial que se llevó a cabo en Haití, después de perder en la semifinal 4-0 ante Trinidad y Tobago.
¿Entonces, después de esa vergonzosa eliminación, a qué selección apoyarían los mexicanos cuando rodara el balón en el Mundial alemán?
Seguramente en 1974 la mayoría tenían como favorito a Brasil, el campeón defensor del título obtenido en México 1970.
Pero hubo una selección europea que enamoró literalmente al mundo no solamente por su juego revolucionario bautizado como “futbol total”, sino por el color anaranjado de su uniforme.
De esa manera, “La Naranja Mecánica” también se ganó el aprecio de los mexicanos que habíamos quedado huérfanos, porque los haitianos y trinitarios fueron superiores en el premundial a un México que se desinflaba en la zona de Concacaf.
Con jugadores como Cryuff, Neeskens, Rep, Van Der Kerkhof, Jansen, Geel, De Jong, Reesenbrink y el portero Jongbloed, aquella Holanda dejaría profunda huella entre los aficionados del futbol que gustan de este deporte sin importar nacionalismos.
Con ese futbol encantador, “La Naranja Mecánica” –una de las 16 selecciones calificadas a Alemania 1974, antes que el número creciera para mejor negocio de la FIFA–, derrotó a Uruguay, Bulgaria, Argentina, Alemania Oriental y Brasil; empató 0-0 con Suecia en la primera ronda y cayó en la final 2-1 contra los anfitriones germanos occidentales.
De esa forma los llamados “tulipanes”, por la emblemática flor de Holanda, logró su primer subcampeonato mundial ante la sorpresa de los expertos.
El antecedente inmediato anterior de la selección naranja en un campeonato se remontaba a 1938 donde perdió 3-0 ante Checoslovaquia, y a1934 cuando cayó 3-2 frente a Suiza.
Cuatro años después de su primer subcampeonato, en Argentina 78, con la misma base de jugadores, de nuevo los anaranjados lograron el segundo lugar tras caer en la final en tiempos extras contra los anfitriones.
¿Entonces, cómo no enamorarse de esos colores, pero sobre todo de su futbol? Aunque en estas horas previas al juego de México ante Holanda en el Mundial de Brasil 2014, miles o quizá millones de compatriotas pierdan la memoria.
Este domingo 29 de junio me uniré a la porra azteca que frente a los televisores, porque no tuvimos la fortuna de ir a tierras cariocas, apoyaremos a la selección tricolor para que gane y pase a cuartos de final, pero de no ser así, tampoco se acabará el mundo porque su rival es Holanda.
Tuvieron que pasar 32 años para que los europeos volvieran a tocar el Cielo, cuando en Sudáfrica 2010 volvieron a perder en una final contra España.
Definitivamente el futbol le debe a México, en especial a esta selección de Miguel “El Piojo” Herrera, pasar a cuartos de final en un Mundial y jugar el quinto partido, como a Holanda la debe un campeonato.
Este domingo, cuando el árbitro pinte la conclusión del partido, sea en tiempos normales, extras o en penaltis, veremos a qué selección la historia del balompié le hará justicia. Ojalá sea a México.
Y de no ser así, Holanda se enfilará como la selección favorita para alcanzar lo que tres veces se le ha negado: el campeonato.
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