La nota no apareció en la portada de ningún periódico. Es más, apenas estuvo un par de horas en la sección de noticias destacadas de los portales de Internet.
Sin embargo, eso no quiere decir que no sea importante y que no debamos de estar muy pendientes de este tema.
La noticia de la que les estoy hablando refiere que los Millennials, como se les conoce a los jóvenes que nacieron entre la década de los ochentas y el año 2000, serán quienes definirán la identidad del próximo presidente de México en las elecciones del 2018.
Esta predicción no responde a ninguna moda, sino a datos reales, números fríos y certeros. Se estima que en México alrededor de 24 millones de mexicanos son menores de 35 años y representan -al menos- a 4 de cada 10 electores en el país.
A diferencia de otros sectores de la sociedad, los Millennials son en su mayoría bastante activos con las causas sociales y les gusta enterarse de todo lo que sucede en el país y, especialmente, su comunidad.
Sin embargo, lo que hace diferente a este grupo es que desprecian los medios tradicionales de comunicación. No leen los periódicos, odian la televisión comercial y la única referencia que tienen del radio es que es algo que sus abuelos usaban para escuchar los partidos de beisbol y las radionovelas.
Los Millennials no saben lo que la vida sería sin un smartphone conectado a Internet. Toda su existencia gira alrededor de las redes sociales y la conectividad.
Es precisamente en las redes y los medios “no tradicionales” de donde los Millennials obtienen la información de lo que sucede en México y el mundo.
Sus referentes no son los conductores del noticiero nocturno, sino los youtubers, los bloggers y otros jóvenes quienes como ellos, usan las redes sociales para externar sus opiniones en formatos muy diferentes a los que sus padres estaban acostumbrados.
Seguramente el 99.99 por ciento de los que lean esta columna no van a saber de lo que les estoy hablando, sin embargo, existe un rapero mexicano llamado LNG/SHT quien define en el título de una de sus canciones, quiénes son estas personas.
En su tema, LNG/SHT asegura que cuando sale a la calle lo único que lleva son las “llaves, teléfono y cartera”.
Así de importante es para este grupo de mexicanos las redes sociales y lo que ahí se dice, lo que debería de tener en pánico a los representantes de los partidos políticos y otros organismos quienes tienen pensado que el próximo 2018 van a realizar la misma campaña de los mitines, el confeti y los acarreados.
Y es que si hay algo que los Millennials odian, es precisamente las viejas formas en las que este país se manejó en la época de sus padres. La diferencia es que ahora tienen el poder para finalmente cambiar las cosas.
Para estos jóvenes, partidos como el PRI, el PAN y hasta el PRD representan un estilo caduco de hacer política. Quienes se les acercan para pedirles su voto (solamente en proceso electoral) son vistos como parásitos corruptos quienes han vivido de la ubre presupuestal la mayor parte de su vida.
Los Millennials no creen en los caudillos como López Obrador y les da risa la inocente rebeldía de la izquierda mexicana, que sigue adorando la vieja imagen del Che Guevara deslavada en una playera que data de la década de los setenta.
Ellos son más prácticos. Quieren trabajar pero no encadenarse con una empresa que los tenga en su nómina 10 años.
Son productivos pero comulgan con la idea de que seis días de vacaciones al año son muy poco.
Son emprendedores y por eso prefieren laborar por su cuenta, en sus propios horarios y con sus propios códigos de conducta y vestimenta.
En pocas palabras los Millennials son la antítesis del mexicano que permitió que el PRI y el PAN pudieran gobernar a este país en su historia moderna.
A estas alturas del partido es muy pronto para intentar adivinar a quién de los aspirantes a la presidencia de la República van a apoyar estos jóvenes.
Lo que es cierto es que si ese político no sabe usar las redes, si usa el mismo discurso de hace tres décadas y no hace algo para que los jóvenes se sientan identificados con su propuesta, entonces desde ahora podemos decir que está frito y va a perder la elección.
Estos Millennials que vemos por la calle embelesados con sus teléfonos celulares, tomándose selfies y con ropa que nos hacen pensar que tienen serios problemas de gusto o de presupuesto, son los que van a convertirse en el fiel de la balanza en las próximas elecciones.
Para ellos, su decisión de voto vendrá de la reflexión y no de una despensa o una promesa de empleo en el gobierno.
Así de importante son para el futuro de México.
Quizás es por ello que ya tenemos “millennials pirata”, mejor conocidos como “PRIennianls” que ya han comenzado a tomar por asalto las redes sociales echándole porras al tricolor y sus candidatos.
El tiempo se acaba y los partidos aún tienen tiempo de enderezar el rumbo.
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