Cd. de México.-
Algo de lo que se habla poco y muchas veces es un tormento que se sufre en silencio y la soledad es la depresión posparto, que afecta a una de cada 10 mexicanas.
El doctor Francisco Morales Carmona, jefe del Departamento de Psicología del Instituto Nacional de Perinatología, nos dice las cosas sobre las que hay que tener cuidado:
Algunas de las malas señales del mal que son comunes son sentimientos de ansiedad, irritación, tristeza con llanto e inquietud, pero casi siempre desaparecen sin necesidad de tratamiento.
Cuando los síntomas ocurren durante las semanas siguientes al nacimiento del bebé y no desaparecen o comienzan uno o más meses después de la gravidez, la mujer puede sufrir depresión posparto o puerperal.
Todo en esta situación es de cuidado, ya que ocasiona una alta morbilidad, con consecuencias tanto para la madre como para el hijo y la familia. Por ello, es importante que se reconozca la sintomatología lo antes posible, para que la mujer reciba la ayuda necesaria.
El Instituto Nacional de Perinatología ofrece tratamiento que incluye medicamentos, psicoterapia o la combinación de ambos. Hay medicina antidepresiva para las madres lactantes sin ninguna repercusión al bebé.
La depresión posparto puede durar meses o años y las complicaciones potenciales de largo plazo son las mismas que en la depresión grave.
La empatía y comprensión, así como la ayuda para que la mujer entienda su situación, sin sentimientos de culpa, son indispensables.