Los latrocinios de los políticos no tienen color…
Los hay de todos aromas y sabores.
Antes, se pensaba que la deshonestidad era propia de los miembros del partido tricolor. Y sí. Pero es que eran los únicos que detentaban el poder y administraban para su beneficio y el de los suyos, los recursos públicos.
Ya que llegaron los albiazules a la vida pública, se emparejó el marcador.
Son incontables los sinvergüenzas de todos los niveles, desde presidentes, gobernadores, senadores, diputados, alcaldes y funcionarios en dependencias federales, estatales y municipales.
Y parece competencia…
La lista es interminable de los priistas, pero los del partido azul y blanco no cantan mal las rancheras.
No todos los políticos son corruptos, por supuesto, aunque sí son una gran mayoría.
Pero ahora ha llamado mucho la atención no solo el despilfarro de unos 182 mil millones de pesos que corresponde al desfalco realizado por Javier Duarte, en Veracruz.
O los groseros excesos del Duarte chihuahuense quien dejó una deuda de 55 mil millones de pesos y por lo menos medio centenar de inexplicables viajes a sus ranchos en el municipio de Balleza, en helicóptero oficial.
En medio de esas agitadas aguas tricolores, los reflectores se enfocaron sobre Ricardo Anaya, el dirigente nacional del PAN, quien se ha convertido en una piedra en el zapato para algunos –o bueno, específicamente para “alguna”– y por eso está siendo exhibido.
Sus gastos millonarios para realizar 190 viajes a la ciudad de Atlanta para ver a su familia han sido parte de una campaña muy bien orquestada.
Bueno, ni tan bien, porque se nota lo burdo de los ataques con el mismo pistolero en dos medios nacionales diferentes.
Anaya, supuestamente tiene dinero suficiente, no solo de su sueldo para pagarse esos viajes y las colegiaturas de sus niños y la renta de una casa. Puede ser… o no.
Anaya tendrá que explicar cómo puede hacer eso y si tiene los medios para solventar esa agitada vida aérea que lleva.
El problema es que los panistas han enfocados su baterías no sobre el exgobernador de Sonora, prófugo de la justicia, inmiscuido no solo en latrocinios mayores como desviar agua de la nación a un rancho de su propiedad, cuya cortina de la presa fue construida con maquinaria oficial, sino en algo muy delicado como es el tráfico de menores, a través de instancias estatales en su administración.
Tampoco cuestiona nadie a un gobernador panista de Veracruz, Miguel Ángel Yunes Linares, acusado de pederastia y de compartir su gusto por niños y niñas con los empresarios libaneses Kamel Nacif y Jean Saccar Kuri, (este último, preso por esa causa) y el ex gobernador poblano Mario Marín.
O su participación como subsecretario de seguridad nacional y director de reclusorios cuando “El Chapo” Guzmán “se fugó” por primera vez de Puente Grande.
Los priistas son peores, parece ser la creencia y eso dilata la presión que pudiera ejercerse contra los del partido azul y blanco.
Por ahora nadie los molesta a ellos. El “peligroso” es el güerito.
Anaya fue el elegido para ser bajado del caballo en plena carrera.
A través de sus sicarios de la pluma y usando como plataforma dos periódicos nacionales y una televisora, Felipe Calderón arremetió durísimo contra Anaya, con tal de que le libere el camino para su reelección, bueno, la elección de Margarita, aunque nadie en su sano juicio piensa que el expresidente se mantendría al margen de las potenciales decisiones que se tomarían en Los Pinos.
Al mismo tiempo que la campaña contra Anaya se mantenía en los medios elegidos para tal propósito, el señor presidente de la República Enrique Peña Nieto, en lo oscurito, sin medios de comunicación presentes y en una ceremonia privada, otorgaba la máxima distinción “Carrera al Universo” que otorga el ITAM, a su antecesor Felipe Calderón.
Y al mismo tiempo, el gobierno federal le ponía un “zape” al otro precandidato del partido albiazul Rafael Moreno Valle al prohibirle la escandalosa publicidad que grita por todos los rincones del país a través de panorámicos que él es un presidenciable. El sistema, el que encabeza Peña Nieto, controla los medios “leales y serviciales” allanando el camino a su candidato, perdón, a la precandidata albiazul.
La última encuesta de un diario nacional dice que Margarita encabeza las preferencias de los electores y que de darse la elección hoy, ganaba 2 a 1 al probable candidato del PRI.
Sí… adivinó usted, ese diario es el mismo donde escribe quien “descubrió” los viajes a Atlanta y la gastadera millonaria de los últimos dos años de Anaya.
“Los Calderón hicieron un pacto con Peña Nieto para hacer el borrón y cuenta nueva en este sexenio a cambio de que ellos sacrificaran a Josefina Vázquez Mota en 2012. Y ahora Peña sacrificará al candidato del PRI para que pase Margarita”, sostiene Jorge Castañeda, aspirante presidencial por la vía independiente…
Así de puerca es la política mexicana.
Sí, señor. No más… no menos.
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