Cuatro millones 400 mil empleados de dependencias gubernamentales y empresas privadas participaron en el macrosimulacro realizado este viernes, tras cumplirse 23 años de los terremotos en la ciudad de México.
Hubo algunas novedades, como el adherir supuestas explosiones por acumulación de gas o rescates tras accidentes automovilistas; los errores tampoco faltaron.
A las 10:30 horas, 11 mil 354 edificios públicos de las administraciones federal y capitalina, fueron desalojados, como parte de las medidas de protección civil.
En la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal se simuló una explosión y el rescate de un herido, quien fue sacado del inmueble vía rapel.
El humo que se provocó para la simulación causó ataques de tos en los empleados, quienes fueron desalojados minutos después, además de que no servía el equipo de sonido por el cual se les explicó la importancia de las medidas de protección civil.
Sin embargo, la dependencia logró desalojar a sus mil 600 empleados en ocho minutos, cuatro menos que el año pasado.
Y, en la delegación Gustavo A. Madero,
4 mil 200 personas desalojaron el edificio sede en seis minutos, según conteo oficial.
Luego, en la explanada se realizó la simulación del rescate de al menos tres heridos en un choque automovilístico, así como la sofocación de un incendio.
Asimismo, en los simulacros de hoy hubo detalles erróneos, como el uso de agua potable de una pipa de la delegación para apagar las llamas y la falta de equipamiento para el uso de extintores, además de recortar el toldo de un auto después de haber sacado a los heridos, cuando el procedimiento normal es al revés.
Aunque todo ocurrió en orden, las vallas metálicas que colocó el gobierno federal sobre la plancha del Zócalo limitó el espacio para caminar y algunos de los empleados se quejaron de ello.
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