Cd. Victoria, Tam.-
En el salón, la orientadora le grita a Mario: “Eres un maldito engendro, un maldito bastardo que no merece vivir…”. Esas palabras calaron en el niño de apenas 14 años, no lo soportó. La tarde del 26 de junio, de hace casi un año, él decidió suicidarse.
Todo inició unos días antes, en la secundaria número 6 Rigoberto Castillo Mireles. Mario tiene calor y siente que el poco aire fresco que sale del ventilador no llega hasta donde él está, por lo que trepa y pone un cuaderno en las ranuras para soportar las altas temperaturas de la época.
Eso fue suficiente para que el prefecto lo mandara con la orientadora Margarita Salazar Montalvo.
“No sé qué tanto lo maldijo esta mujer para que él tomara esa decisión”, lamenta la mamá de Mario, Beatriz Benigna Rodríguez Limón, a casi un año de aquellos sucesos.
Está en el patio de la secundaria en la que su hijo cursaba el segundo grado. A unos pasos también están los padres de Héctor Alejandro Méndez, el adolescente que falleció el pasado 21 de mayo a consecuencia de los golpes que le propinaron sus compañeros; y por el cual ha iniciado un movimiento nacional en contra de la violencia en las escuelas.
Rebeca Ramírez, mamá de Héctor Alejandro, dice que las medidas para enfrentar la violencia como la convocatoria ciudadana #elbullyingNOesunjuego donde participan artistas y fue lanzada por el Centro Nacional de Prevención del Delito, requiere de mayores apoyos, como por ejemplo, que se tenga el respaldo de abogados que sigan las investigaciones.
“No quiero que haiga (sic) otro muerto, otra madre que sufra lo que yo estoy sufriendo”.
Acaba de recibir un abrazo de la actriz Yolanda Andrade, quien ha convocado a sus amigos del ambiente artístico y deportivo a realizar una campaña contra el bullying. Con los ojos aún entre lágrimas, doña Beatriz clama por justicia: “No es justo que la muerte de mi hijo se quede sin castigo”.
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