Buenos Aires, Argentina.-
“Me revictimizaron una y otra vez”, dijo a este diario Belén Mirallas, la argentina de 25 años que sufrió un intento de violación en Playa del Carmen el domingo pasado.
Mirallas se defendió, contraatacando a su agresor, y luego contó su experiencia con un video en Facebook que se hizo viral. Ya de regreso en la ciudad de San Rafael, en la provincia argentina de Mendoza donde se crió, explicó que el Poder Judicial y la policía de Playa del Carmen le prestaron una pésima asistencia: “Tengo apenas el número de mi caso. No me dieron una copia de mi declaración, ni me informaron quién es el fiscal a cargo, ni quién hará el seguimiento. El sistema es muy frustrante”.
Mirallas había llegado a México en agosto, con una beca de intercambio universitario. El ataque se produjo en la noche de Navidad, cuando caminaba por la playa, a la altura de Playacar Fase I, y fue abordada por un hombre.
Luego de hablar un rato, él la sorprendió por atrás y la atacó, echándola al piso. Mirallas logró defenderse, tomándolo de la tráquea desesperadamente: es cinta negra en taekwon-do. “Pensé que me iba a violar y mi iba a matar, como le pasó a las chicas de Montañita”, contó, impresionada por el recuerdo, refiriéndose a María José Coni y a Marina Menegazzo, las dos argentinas asesinadas en Ecuador. Pero el agresor se fue corriendo y se perdió en la noche.
—¿Que trató recibió de las autoridades locales?
—Cuando llegó la policía, me pidió la descripción de lo que había sucedido y del sujeto. Les terminé de explicar y los agentes me preguntaron si no habría sido que quiso robarme. Tuve que decirles: “Estoy segura de que me quiso violar. Ese hombre me atacó mientras hablaba por teléfono, y podría haberme sacado la mochila o el teléfono, pero no lo hizo”.
Luego me pidieron que firmara un formulario… que estaba en blanco. Le dije a uno de ellos que no lo iba a firmar y le pedí que lo complete. Este policía le dijo al otro que yo no lo quería firmar. Yo me metí y le dije que eso no era cierto. ¡Me querían hacer firmar cosas en blanco y encima me acusaban de no querer cooperar!
—¿Qué pasó una vez en la fiscalía?
Había una sola persona, en la sección de primera atención, que permanecía abierta las 24 horas. Tuve mucha suerte de que fuera una mujer. Recuerdo que tenía un colgante de una Estrella de David, y era el día de Navidad: ¡era la única persona que estaba en el edificio porque no festejaba Navidad!
Ella me tomó la declaración y me escuchó atentamente. Antes de firmar mi declaración, hubo varios problemas de sistema para imprimirla correctamente y cuando pregunté si podía tener una copia, la mujer me dijo que iba a demorar tres días. Luego apareció la perito médica, que me revisó. Le pregunté si había algún psicólogo disponible, porque lo había leído en mi declaración de derechos. Me dijo que no.