Familias comparten un techo para vivir

Al subir el último peldaño de la escalera de concreto, saltan a la vista muebles amontonados y cubiertos con plástico, dos estufas, un comedor y algo que asemeja un campamento. Hay además una joven que lava y cinco pequeños que corretean. Dentro de la casa de campaña están varias personas adultas.
Es el techo de una vivienda de la colonia Vicente Guerrero, Sector Moscú, donde cinco familias conviven desde hace ocho días.
Para llegar hasta ahí, hay que tomar una lancha. El pescador Silverio Márquez se presta para hacer el trayecto. Son varias las calles inundadas, desde el improvisado muelle, hasta la esquina de la calle Ricardo Ortiz y Avenida Las Torres.
Sin advertir del peligro, los niños juguetean entre el agua sucia acumulada en las calles. Decenas de lanchas, cargadas de personas que se trasladan a sus casas, van y vienen. Algunas viviendas lucen en completo abandono, en otras la gente sigue sacando lo que puede.
Es la vida en la Vicente Guerrero, es la vida en una colonia bajo el agua.
Hace una semana, cuando el nivel del agua comenzó a subir, la familia Pérez subió lo que pudo a su casa y también aceptaron que sus vecinos se refugiarán ahí.
“Mi familia se tuvo que salir de la casa de enfrente”, explica Miguel Ángel Solís Martínez, quien indica hacia el otro lado de la calle. “En el mismo terreno también viven mis papás con un adolescente, y en otra casa mi hermano con su esposa. Todos nos venimos acá”.
De oficio pescador y con dos hijos, este entrevistado está desesperado porque no hay trabajo y tampoco pueden salir de este lugar. No obstante, está agradecido por los buenos vecinos que los dejaron vivir en su azotea, “que bueno que nos dieron chance”.
Muchas de sus pertenencias se les echaron a perder, como la vieja base de madera de lo que antes era su cama.
—¿Y todos viven y duermen aquí?
—Sí, aquí cocinamos, lavamos ropa y dormimos con mucho calor, porque cortaron la energía eléctrica en toda la colonia.
Su mamá, Juana Martínez Herrera, ante los recuerdos no pudo contener el llanto: “hace un año nos pasó lo mismo y es una situación muy triste, señor, no tenemos ayuda, no sabemos ni a quién recurrir”.