Monterrey, N.L.-
Por el error de una compañera que, sin su consentimiento y mientras laboraban en el área de Patología de un hospital del IMSS, subió a redes sociales la fotografía de una pieza quirúrgica [pierna] amputada en marzo pasado, la doctora Ana Paulina Sánchez Palafox no sólo fue despedida y amenazada de ser acusada penalmente, sino que también el martes le notificaron que fue sancionada para que no pueda trabajar de por vida en ninguna institución pública de salud.
La Comisión Interinstitucional para la Formación de los Recursos Humanos de la Salud le informó telefónicamente que no podrá conservar su residencia y además la van a sancionar “por falta de ética”, y no la van a dejar presentar examen de residencias “nunca más”.
“Nosotros buscábamos que me dejaran continuar mi especialidad en un hospital privado, en Secretaría [de Salud], en ISSSTE o en otra institución, pero esta comisión me dijo que no puedo seguir haciendo la especialidad en ningún lado, por supuesto que mucho menos en el IMSS”, dijo Sánchez Palafox.
Al viralizarse la imagen que subió a redes sociales una compañera residente, el pasado 19 de marzo, el IMSS le rescindió su contrato sin escuchar su versión y acusándola de “falta de probidad y honradez”.
Su defensa. Ningún abogado se atrevía a defender a Sánchez Palafox hasta que llegó con el litigante y a la vez médico de profesión, Ofelio Garza, y ahora es respaldada por tres despachos, que no están cobrando honorarios. Sánchez Palafox ha presentado 11 recursos legales que pueden tardar en resolverse tres o cuatro años, pero sin garantía de que le resulten favorables.
La joven profesionista, de 28 años, originaria de Tingüindín, Michoacán, realizó sus estudios de médico general en la Universidad Michoacana, pero en sus afanes por superarse decidió estudiar la especialidad de Anatomía Patológica, sin importar que tuviera que trasladarse hasta Monterrey.
Eligió una especialidad que pocos médicos abrazan, porque implica trabajar con piezas quirúrgicas desahuciadas, y órganos extirpados, con cadáveres para realizar autopsias o necropsias, sin un trato directo con los pacientes o sus familiares. Esos médicos elaboran el diagnóstico para determina si una verruga es cancerígena o resultó de una infección viral.