Chilpancingo, Gro.-
La balas silenciaron la ciudad. Eran las 9:30 de la noche de este martes, cuando en 14 puntos de la capital se soltaron las metrallas.
Los “cuernos de chivos”, los R-15 comenzaron a sonar por el barrio de San Mateo, la avenida 5 de Febrero y Allende, en el centro de la ciudad. Después en la colonia Los Ángeles y en la Amate, en la San José, en la CNOP, Huajal, en la Galeana, Xocomulco, Electricistas, Los Sauces, San Rafael Norte y la Sección Séptima.
Por donde se escuchaban los tiros, las cortinas, las puertas y ventanas se bajaron sin esperar más.
De un lado de la ciudad se escuchaban los disparos que se soltaban en el otro extremo. Los reportes indican que hombres armados a bordo de carros se enfrentaban, que se perseguían a tiros por las calles de la capital.
Como pasaban los minutos las calles se vaciaban. Los comerciantes ambulantes recogían sus puestos. En pleno zócalo una mujer levantaba su anafre y sus ollas con esquite y elotes y pedía a sus clientes que se fueran.
“No lo estoy corriendo, pero ya váyanse, es muy peligroso”, les decía sin dejar se recoger su trastes.
Por las calles, por el zócalo, las personas aceleraban el paso; otros se apuraban a llamar por el celular para verificar que en su casa, en su negocio todo estuviera bien. Otros más decidieron esperar, refugiarse en algún lugar de los balazos.
En el whatsapp y en las redes sociales, los mensajes de precaución abundaron, pero también otro informaban por dónde iba la persecución y por dónde estaban los balazos.
Al mismo tiempo, balazos y las sirenas de las ambulancias sonaban por todos lados. El ruido de las metrallas y las ambulancias ahogaron la ciudad.
Por todos lados, también, comenzaron aparecer patrullas, de la Policía Estatal, de la Federal, militares. Los recorridos de los agentes no cesaban ni tampoco los balazos.
Los policías desde las patrullas artilladas escrutaban con la mirada a los pocos carros con los que se cruzaban. El transporte público se canceló, las combis, que son las que predominan en la ciudad desaparecieron. Ver pasar un taxi fue casi imposible, para encontrarlos sólo fue posible en puntos específicos donde se concentran habitualmente.
Y no es casual que las combis se hayan esfumado, en los últimos meses se han convertido en uno de los puntos más frecuentes para los ataques de los hombres armados: han quemado unidades, han asesinados a los choferes y los han desaparecido.
Los choferes de las combis son parte de la lista de casi 150 asesinados en este año en la capital, la segunda ciudad más insegura de Guerrero.
Después de casi una hora, las balaceras terminaron, pero las calles continuaron vacías. La vida en Chilpancingo terminó: las balas le mataron horas. Muy pocos carros y personas las recorrían y los patrullajes continuaban.
Los reportes policiacos indicaban que las balaceras ocurrieron en 14 puntos de la ciudad y no hubo muertos ni heridos, pero sí mucho miedo.
La noche de violencia en Chilpancingo no terminó ahí. Casi a la media noche, hombres armados le quitaron el taxi a un chofer y después lo incendiaron en la colonia San José. Después se reportó el incendio de una casa, que hasta el momento se desconocen las causas.
El martes en Chilpancingo terminó en silencio, ahogado entre las balas.