South Carolina, EU.-
Cheyenne Rae Owensby, es una nena que nació en South Carolina, sana y feliz, siendo la mayor de las alegrías para su madre.
Los padres estaban separados y la pequeña visitaba a su papá cada dos semanas. Pero en una de las visitas en agosto del 2012 la mamá de la niña jamás se imagino lo que pasaría.
Una hora y media después de que la dejará a cargo de su padre recibió la llamada que cambiaría sus vida para siempre.
La bebé tenía solamente ocho meses de edad, cuando James Davis Jr. la sacudió fuertemente por que no dejaba de llorar. La intensidad fue tal que le fracturo el cráneo y le causo sangrado en el cerebro.
Se localizó de inmediato a la progenitora y se le comunicó que se había traslado de emergencia a la niña al Greenville Memorial Hospital, pero que esta ya no respiraba.
Los médicos le informaron que estaría en estado vegetativo, la esperanzas de recuperación eran muy pocas.
La policía llamó a la familia para dar a conocerle de la declaración del progenitor y que este hizo la declaración de que “perdió el control” y le fue condenado a 20 años de prisión.
Esta gran guerrera ha logrado salir adelante y esta llena de vida, sus sonrisa la prueba fiel de que ella sigue de pie e inmensamente feliz.
Nunca pasaría por tu cabeza que alguien que le dio le regalo de la vida hubiese hecho esta acción.