Berlín, Alemania.-
El ministro alemán del Interior, Thomas de Maiziere, y el presidente de la Oficina Federal de Protección a la Constitución, Hans Georg Maassen, indicaron hoy aquí que si hay un intento cibernético para influir en las próximas elecciones, éste sería para debilitar la confianza en la democracia.
Los dos funcionarios presentaron en conferencia de prensa el Reporte 2016 de Protección a la Constitución, que se centra en las investigaciones políticas que realiza el Estado contra agrupaciones alemanas y extranjeras que tratan de actuar contra el estado de derecho.
Maassen apuntó que un intento procedente del extranjero de influir en las elecciones de septiembre próximo, no se inclinarían por un partido o por un candidato en especial, sino contra el sistema democrático.
Consideró que intentos de ciberataques para falsear el conteo de votos en Alemania no serán posibles. Apuntó que no hay indicios de que Rusia vaya a apoyar a alguno de los candidatos a la cancillería federal.
Lo que sería factible, señaló, es una campaña de desinformación que intente poner en duda la confianza en el funcionamiento democrático del país, y hacer que por ello, el nuevo jefe de gobierno tenga dificultades para gobernar, así como para moverse en el ámbito internacional.
En cuanto a la amenaza que constituye el espionaje, De Maiziere declaró que esa actividad sigue teniendo lugar en Alemania sin que haya disminuído. “Los ataques cibernéticos colocan a Alemania frente a grandes desafíos”, aseveró.
Para combatirlo se trabaja a nivel nacional e internacional. En el país europeo, el órgano a cargo de la coordinación es el Centro Nacional de Defensa Cibernética, en el que también participa la Oficina Federal de Protección a la Constitución.
El ministro apuntó que la investigación contra el espionaje lo llevan a cabo las autoridades alemanas con una visión de 360 grados, y no se omite nada por prejuicio, de manera que no se refiere unicamente a un determinado grupo de países de los que previamente se sospecha.
Junto con el espionaje procedente de Rusia, China e Irán, ahora se sumaron los servicios turcos y norcoreanos.
Sobre la actuación de los servicios de espionaje estadunidenses en Alemania, el funcionario trató de evadir denominarlos de tal manera. Solo reconoció que hay algunos “huecos en la seguridad” y que Alemania trabaja para cerrarlos.
A esas actividades pertenecen asimismo las campañas de desinformación, las campañas de mentiras, de verdades a medias. “Hemos visto intentos de influir las elecciones en Estados Unidos y en Francia por parte de Rusia y nosotros nos preparamos para intentos semejantes durante las elecciones en Alemania”.
En 2016 se llevaron a acabo numeros juicios de la Fiscalía Federal de Alemania que desembocaron en elevadas penas de cárcel para los agentes descubiertos.
El ministro puso énfasis en que desde el 29 de junio se hizo llegar una misiva oficial a las diferentes embajadas en Alemania para informar que cualquier presentación pública de un funcionario extranjero en el país requiere la autorización del gobierno alemán, y mas aún los de funcionarios de países que no pertenecen a la Unión Europea.
Con ello reafirmó en forma oblicua y sin mencionar nombres o países, que el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, no podrá llevar a cabo el discurso que se propone pronunciar en un consulado turco en Alemania, cuando venga a la Cumbre del Grupo de los 20 (G-20).
En cuanto a la amenaza del terrorismo islámico, hay en Alemania actualmente alrededor de 680 individuos que son susceptibles de cometer un atentado islamista, una cifra más elevada que nunca antes, dijo. Los extremistas islámicos en Alemania que constituyen un riesgo para la seguridad pública son de tendencia salafista.
Su incremento refleja la fuerza de esa corriente, que se considera un modelo a la civilización occidental libre. Puntualizó que las autoridades alemanas, los diferentes órganos de seguridad cuentan ahora con un esquema de análisis que les permite medir la peligrosidad de esos individuos en forma unitaria.
Se creó en los últimos12 meses un sistema de consultas entre los diferentes órganos de seguridad alemanes para decidir las medidas a tomar en cada caso, lo que mejora la capacidad de defensa contra un ataque.
“A pesar de eso, la estimación del nivel de peligrosidad de un individuo sigue siendo una de las más difíciles para las autoridades a cargo de la seguridad nacional”.
El ministro del Interior indicó que en noviembre de 2016 prohibió en Alemania la organización “La verdadera Religión”, y con ello fue suprmida una estructura que hacía proclamas contrarias a la Constitución y contribuía a la radicalización y a la formación de redes, a lo que le quitamos el soporte.
A ello sumó que actualmente las autoridades han realizado en el último año más detenciones preventivas de individuos potencialmente terroristas y más investigaciones judiciales y sentencias en el ámbito del terrorismo islamista, como nunca antes.
Los recursos para la prevención y para la desrradicalización, así como para ampliar las medidas de esclarecimiento se incrementaron en el último año en forma masiva, y los esfuerzos de los diferentes órganos fueron mejor articulados.
El sector de el extremismo no-islamista cuenta en Alemania con alrededor de 30 mil personas. De ellos, 27 mil tienen relación con Turquía. “Alemania es más que nunca un espejo y una caja de resonancia de los sucesos turcos de política interna”.
El funcionario agregó que hay una gran disposición a la violencia en los sectores extremistas alemanes de izquierda y de derecha, lo que es motivo de preocupación.
En 2016 las autoridades alemanas registraron 12 mil 200 sujetos de extrema derecha con disposición a la violencia y ocho mil de extrema izquierda. “Son los números más altos desde que investigamos esas cifras en 2010”.
La escena alemana de extrema izquierda puso en marcha una intensa movilización con vistas a la Cumbre del G-20 el 7 y 8 de julio en Hamburgo. “Manifestaciones pacíficas son normales en nuestra democracia, protestas violentas no están bajo la protección de la libertad de reunión”, dijo el ministro del Interior.
Para la extema derecha alemana, el Partido Nacional de Alemania (NPD) es el punto de referencia. Otras formaciones de extrema derecha son los “autoadministrados” y los “Reichsbürger”, que se puede traducir como “los ciudadanos del Imperio” alemán.
Estos últimos no reconocen el estado de derecho actual ni la Constitución. Ambas agrupaciones son violentas. Los “Reichsbürger” cuentan con armas y desde que el año pasado quedó claro para las autoridades de seguridad que son violentos.