México, D.F.-
El actor y director de cine Eugenio Derbez confesó que el regalo perfecto que le podría dar a su próxima hija Aitana, que nacerá a mediados de julio, será su tiempo.
“Yo creo que después de tantos años y de todo lo que he vivido con mis otros hijos sé que el regalo perfecto para mi bebé sería tiempo, lo que no les pude dar a mis otros hijos”, señaló Derbez en entrevista durante una sesión de fotos para una revista.
El actor recordó la época cuando fue niño y confesó que era una persona observadora, pero al mismo tiempo muy tímida.
“La gente piensa que fui un niño tremendo y demás, pero no, al contrario era un niño que parecía que no existía, me metía en un rincón y no hablaba, no daba lata, ni corría”, añadió.
Comentó que siempre acompañaba a su mamá Silvia Derbez a su trabajo en los foros.
“Aparecía extra en todas las telenovelas en las que estaba mi mamá: en el banco, en la fila, en el cine o en el restaurante”, mencionó Eugenio, quien a pesar de que sabía de pequeño que le iba ir bien en la vida, nunca se imaginó el éxito que tendría.
“Me siento muy bendecido, porque han sido regalos los que me da la vida”, mencionó.
Por otra parte, explicó que decidió ser actor, porque a temprana edad quería dedicarse a todo lo que se pudiera.
“Yo de niño quería ser de todo y por eso acabe siendo actor, porque a los siete o diez años quería ser bombero, doctor, corredor de autos y veterinario.
“Deseaba ser tantas cosas que decidí que ser actor sería lo más parecido, porque no tendría que decidir por una cosa y podía ser eventualmente muchas profesiones al mismo tiempo”, señaló el director del filme “No se aceptan devoluciones”, ganador de la Diosa de Plata por Mejor Ópera Prima.
Para finalizar platicó que en su infancia fue muy feliz, porque sus padres estaban casados, así que casi no tiene malos recuerdos de esa época, aunque a veces hacía algunas travesuras.
“Una vez que me cayó mi tortuga de un cuarto piso, otra cuando jugué a las escondidillas, mi mamá se empezó a poner tan mal porque no salía.
“Llegó un momento en el que entre más mal se ponía mi maná, menos quería salir de donde estaba escondido y llegó un momento en el que llamaron a la policía, llegó la familia, hasta que una de mis tías me encontró”, concluyó.
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