Por: Paulina Magdaleno
paulina@fwopera.org
Cd. de México.-
No se dejen engañar por el apellido. Carla Dirlikov es más mexicana que el mole. Su padre es de Bulgaria, pero su madre nació en México. Por su sangre corre la pasión, el arrojo y la gran compasión que caracteriza al pueblo mexicano. Carla Dirlikov Canales es una talentosa mezzo-soprano que ve en la música no solamente un arte, sino una herramienta para hacer de este mundo un mejor lugar.
1. Cuéntanos sobre tu infancia y cómo fue crecer en un hogar bicultural.
Mi madre es mexicana y mi padre de Bulgaria, y yo fui la primera de la familia que nació en Estados Unidos. Como mis papás no hablaban el mismo idioma, me enseñaron búlgaro y español y yo les servía de traductora. Mi fascinación por la comunicación realmente nació de una necesidad. Ha definido mi vida y ha impactado la manera en que pienso y razono. Siempre he buscado hacer de la comunicación un proceso más eficiente y significativo.
Sin embargo, descubrí que cosas como las emociones son difíciles de traducir, no se pueden poner en palabras. Estas son las cosas del alma, que se expresan mejor con música. Por eso, cuando descubrí el canto, supe que era lo que quería hacer por el resto de mi vida. Cantar es la unión perfecta entre mis dos pasiones: música y lenguaje.
2. Nos encanta tu compromiso de difundir temas de identidad y cultura. ¿Puedes compartir un poquito sobre The Canales Project y cómo surgió esta idea?
Identidad y cultura son dos temas importantes para mí por obvias razones. Me parece muy normal que como seres humanos tengamos ese impulso de ver en dónde “encajamos”, y alguien como yo, con un background multicultural que necesitaba ajustarse a otra cultura –la Americana-, siempre tuve un sentimiento de confusión al momento de definir mi propia identidad. ¿De dónde vengo?
Ya de adulta me di cuenta que no soy la única que se siente así. Por eso quise ayudar compartiendo mi experiencia, especialmente con niños y jóvenes. Quise encontrar la manera de usar mi voz, literal y figurativamente para luchar por las cosas en las que creo. Estamos en una época en que estos temas son de vital importancia. La música y el arte ayudan a construir puentes.
3. Comenzaste a trabajar en el Berklee College of Music como co-directora del programa Music as a Catalyst for Change. Cuéntanos sobre el proyecto.
Estoy agradecida con el Berklee College of Music por haberme dado la oportunidad de compartir mi experiencia con jóvenes artistas. Hace años me quedó claro que uno necesita tener conocimientos básicos sobre finanzas y negocios, así como una mente emprendedora para lograr tus sueños. Berklee me está dando la plataforma para difundir lo que yo he aprendido.
Este año seré una artista residente y lideraré el programa Artists as Change Catalyst. La idea es proporcionar herramientas para todos aquellos artistas interesados crear un impacto social a través de su expresión artística.
4. En el 2014 compartiste escenario con Eugenia León, Lila Downs y Fernando de la Mora en el concierto por el 80 aniversario de la UNAM. ¿Qué significó para ti?
No bueno, ¡una experiencia total! Redefinió la dirección de mi carrera. Estar en el escenario con artistas de esa talla… para empezar, la calidez que me demostraron. Me hicieron sentir bienvenida, lo cual significó mucho porque no soy muy conocida para el público mexicano.
El entusiasmo de la audiencia me impresionó gratamente. El intercambio de energía fue inolvidable. Cantaron y corearon con nosotros. Desde ese concierto me interesé en diferentes géneros musicales y cómo usar mi voz, y eso me guió a grabar nuevo material, tanto en inglés como español. Lo que amo más sobre ser cantante es que siempre puedo aprender y crecer.
5. Eres realmente un huracán de energía y entusiasmo. ¿De dónde viene esta pasión y espíritu intenso?
Lo que me mueve es mi deseo de crear un mundo mejor. Creo en el poder transcendental de las artes, en la importancia de la belleza que puede crear y lo que puede contribuir a nuestra experiencia como seres humanos.
Si quieres crear un cambio, debes examinar los sistemas de creencias. No es una propuesta intelectual, es una propuesta emocional. En mi opinión, los artistas somos como científicos de las emociones, somos los exploradores de la naturaleza humana y las emociones que nos hacen seres humanos. Es nuestro trabajo hacer preguntas, y que nuestra audiencia se las haga también. Realmente tenemos el potencial de producir un cambio.
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Foto: Alberto Cáceres / Maquillaje: Ilka Monforte / Vestuario: Pineda Covalín / Locación: Hacienda Dzibikak, Yucatán, México
