Washington, D.C.-
La central AFL-CIO, la coalición sindical más grande de Estados Unidos con 56 gremios que representan a 12.5 millones de trabajadores, demandó hoy a la administración Obama detener las deportaciones de inmigrantes.
La American Federation of Labor-Congress of Industrial Organizations, que apoya la iniciativa de ley de reforma migratoria con ciudadanía, instó al Departamento de Seguridad Interna (DHS) a enmendar sus prioridades y poner fin a la separación de familias.
“El DHS deber dar un perdón decisivo con una autorización de trabajo a los individuos que son una prioridad menor para ser deportados o elegibles para discreción fiscal bajo las políticas existentes”, señaló una declaración política de la organización sindical.
“Esto debería detener a los empleadores para que paren de utilizar ‘el juego de las deportaciones’ que pone a un trabajador en contra otro”, subrayó la central, que históricamente es uno de los mayores pilares de apoyo de los demócratas.
La AFL-CIO es partidaria de la versión de reforma migratoria integral aprobada en junio del año pasado en el Senado y que abre una ruta especial para la naturalización de inmigrantes indocumentados.
En su opinión, la reforma de la política de deportaciones de la administración del presidente Barack Obama, que ha repatriado a unas dos millones de personas desde que asumió la presidencia, tendría repercusiones positivas para los trabajadores.
“El DHS debe reformar el sistema de ejecución policial y de deportación para dejar de criminalizar a las comunidades de inmigrantes y asegurar que los individuos que son una baja prioridad para ser deportados o que son elegibles para discreción fiscal no sean deportados”, señaló.
Asimismo sostuvo que el DHS debería reafirmar el papel principal del gobierno federal de determinar e implementar sus prioridades legales y terminar con programas que delegan estas prioridades a las autoridades policiales locales.
La semana pasada Obama emplazó a los republicanos de la Cámara de Representantes a someter a voto una reforma migratoria al cuestionar su inacción legislativa al acercarse el primer aniversario de su aprobación en el Senado.
Obama enfrenta creciente presión de grupos sindicalistas, religiosos y comunitarios para detener las deportaciones y ejercer un mayor liderazgo para aprobar la reforma migratoria. Aunque pidió al DHS “humanizar” su política de deportaciones, aún no anuncia cambios.
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