Los Rayados no sólo fueron la artillería más poderosa de la comarca en el último semestre, sino se apuntaron como la mejor defensiva. Sin contar, la que más triunfos obtuvo. Digamos que fue un balance perfecto, un negocio redondo.
Selladas las fisuras en sus flancos traseros, todo quedó arreglado. No era el problema el centro, pero evidente sí que de pronto Basanta y Montes andaban ayudando a sus compañeritos distraídos, a hacer la tarea.
Hugo González está convertido en un señor guardameta y es la primera opción de salida. Valiente, preciso, va muy bien por alto y sobre la línea reacciona rápido.
El medio campo albiazul es rocoso, agresivo en el sentido positivo de la expresión, con pinceladas de talento de parte de Jonathan González que se sale de los estándares de un volante de recuperación para disfrazarse de un 10 que intuye y sabe –además de encimar, quitar y asfixiar al rival- meter un balón con ventaja a sus compañeros.
Lo mejor que tiene es su ataque. Funes, Pabón y Avilés son elementos de características diferentes que se complementan.
Poco hay que decir de ellos, sus números no necesitan adjetivos. Son letales.
SUS DEBILIDADES
Si pudiera encontrarse alguna falencia, sería su juego aéreo. En los últimos dos encuentros les remataron al arco en no menos de seis ocasiones y no les anotaron porque les faltó fuerza y dirección a los remates o porque González los echó fuera con apuros.
APUNTES
– Rayados juega a latigazos despiadados y con una presión asfixiante desde el primer tercio del terreno. – No pasea mucho el esférico, más bien suele sorprender con envíos profundos que sus delanteros capitalizan muchas veces bien.
– No saben jugar de otra manera, ni quieren hacerlo. Pero, aunque quisieran, no tienen los elementos que manejen con cadencia el balón, con pausa, como trataba hacer Cardona, intentando que todo el juego girara en torno a la batuta que él traía. Hoy todos corren, meten y se sacrifican por igual. La estrella es el equipo.
TIGRES
Si tuviera que describirse este conjunto en dos palabras, serían: Compacto y eficiente.
Ningún equipo ha estado en tantas liguillas como Tigres en los últimos años.
Es el rival más incómodo que se le puede presentar a cualquiera.
Lo mejor que tiene es el dominio de un sistema que suele dar buenos resultados, que gana puntos y esporádicamenbte les saca una sonrisa y un grito de alegría a sus aficionados, para compensar la angustia de muchos pasajes de partidos, tan sufridos, como tensos.
Para algunos puede ser aburrido su juego; para sus aficionados tal vez no.
Tocar y tocar el balón, pasearlo de un lado a otro puede ser predecible, pero es un estilo que les funciona, como una cobra que adormece a su presa con su silbido y lento meneo de cabeza y no sabes en qué momento te lanzará la mordida letal.
Su cuadro bajo está acostumbrado a las payasadas de su arquero, que suele ser muy confiable, sobre todo si el asunto se decidirá desde el manchón de pintura de los 11 metros.
La defensiva es bastante sólida en general. El medio terreno puede vivir tranquilo sin un 10, un táctico que maneje el juego, sobre todo en el centro del campo donde Rafa Carioca está aprendiendo a sustituir a un Guido Pizarro que aparecía en todos lados.
Su aleros Damm y Aquino son una amenaza y generan lo mejor de la ofensiva donde Gignac y Valencia siempre tendrán a una zaga al pendiente de ellos, sobre todo del francés que suele lanzar fuegos artificiales de los que tiran los cracks en ciertas noches de inspiración.
Luis Rodríguez es un buen defensor, pero en ocasiones alcanza registros soberbios con algunos balones que filtra a los espacios donde nadie espera.
Tigres no brinca líneas como Rayados con desdobles relampagueantes, suelen hacerlo muchas veces a empujones. Les encanta jugar frontón, empujar y empujar, pasear el balón y no tanto como recurso, sino como sistema. Cuando te descuidas y piensas que ya se aburrieron, te matan de un zarpazo.
Tienen mejor banca que el Monterrey.
SUS DEBILIDADES
En defensiva, si clarean a Juninho, tendrán problemas.
El juego felino en general es predecible y disperso. Sus volantes no saben tirar con precisión y potencia a puerta; lo hacen, pero muchas veces por deshacerse de la pelota. Dueñas, es uno de ellos. Pasa mucho el balón por él, aunque no siempre es eficaz en la entrega.
Su volantes laterales Aquino y Damm son inconsistentes. Habilidades y velocidad tienen, pero no siempre se enchufan en todo momento, en todos los juegos.
—–
APUNTE FINAL
Dicen que Tigres ya festejó en una Final en una Copa de mentiritas ante Rayados, llamada Interliga o una madre así.
Y por lo menos tres Rayados ya festejaron ante Tigres una Final, pero de Libertadores.
Sánchez y Vangioni, ex de River Plate, además de Funes Mori, por el triunfo de su hermano gemelo, Ramiro, presente en ese duelo, inolvidable para ellos.